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Al Qaeda en las noticias: un egipcio al frente y Osama no era Gerónimo

¿Hay posibilidad de reorganización de la red Al Qaeda? Esa es la pregunta que por estas horas intentan responder especialistas en terrorismos en varios países. Se dice que sin consenso, asumió al frente un egipcio conocido como Saif al-Adel.

Al Qaeda tiene nuevo líder después de la muerte de Osama bin Laden. Se trata de Saif al-Adel, también conocido como Muhamad Ibrahim Makkawi, un egipcio de 50 años que ya lideraba la facción egipcia de la red terrorista y que ejercerá su cargo de forma interina, según informó la cadena CNN citando a Noman Benotman, miembro de Al Qaeda durante más de 2 décadas que recientemente renunció a su ideología.

Benotman también ha indicado que esta elección se ha precipitado por la premura surgida en el seno de la red terrorista para anunciar en el menor tiempo posible un sucesor de Bin Laden.

Saif al-Adel, antiguo miembro de las fuerzas especiales y la yihad islámica egipcia, se pondrá al frente del brazo militar de Al Qaeda. Makkawi está acusado de haber participado en los atentados contra las embajadas estadounidenses de Nairobi y Dar es Salaam, en 1998 y se cree que durante años ha sido un estrecho colaborador del Nº2 de Bin Laden, Ayman al-Zawahiri.

Al-Adel luchó contra el ejército soviético en Afganistán durante la década de 1980. Se mantuvo en el país hasta la caída de los talibanes en 2001, y desde allí huyó a Irán. Entonces, Saif al-Adel organizó la rama de Al Qaeda en Arabia Saudí, que ha perpetrado varios ataques terroristas en el país desde 2003.

El diario pakistaní ‘News’ asegura que el nombramiento de Adel se decidió en una reciente reunión extraordinaria de los principales dirigentes de Al Qaeda. En concreto, según apunta Benotman, la decisión la habrían tomado 6 de los 8 líderes de la red en la zona de Afganistán y Pakistán.

Sin embargo, su nombramiento podría no ser aceptado por las ramas de Al Qaeda en Arabia Saudi y Yemen, que defienden que el sucesor de Bin Laden debería proceder de la Península Arábiga.

Benotman, que durante mucho tiempo ha constituido una fuente de información fiable sobre Al Qaeda, asegura que la elección interina de al-Adel pretende tomar el pulso de las reacciones ante el nombramiento de un líder ajeno a la Península.

El objetivo final sería allanar el camino al sucesor natural de Bin Laden, Ayman al-Zawahiri, también egipcio.

Bin Laden

En tanto, trascienden más detalles de la operación de exterminio de Osama bin Laden realizada por comandos estadounidenses.

Gerónimo era la representación de la letra ‘G’, la fase en la que se encontraba el comando enviado a capturar a Bin Laden en el momento de tener contacto visual con el terrorista y de lo que informaron al cuartel general de la CIA en Langley (Virginia).

O sea que Gerónimo no era la identificación de bin Laden sino la etapa máxima de la operación.

Cada paso de la misión había sido etiquetado alfabéticamente (A, Alfa; B, Bravo… en el alfabeto militar, la ‘G’ tiene atribuida la palabra ‘Golf’ pero por razones internas decidió usarse el nombre de Gerónimo).

Ls datos aportados por la agencia Associated Press, recogidos de fuentes cercanas a la operación es que tanto la Casa Blanca como los soldados protagonistas del asalto sabían que sólo tenían una sola oportunidad, que si Bin Laden se les escapaba -si es que estaba en la casa- podía desaparecer durante otra década.

A punto estuvo de salir todo mal. El elemento sorpresa con el que jugaba la CIA quedó fuera de juego nada más comenzar la misión al averiarse 1 de los 2 helicópteros desde el cual debían descolgarse los comandos tácticos seals.

Los militares se vieron obligados a abandonar el aparato -que más tarde volarían- y acceder a la residencia desde la calle en lugar de por el aire y silenciosamente.

A bordo de los 2 helicópteros Black Hawk habían volado hasta Abbottabad un total de 23 seals, 1 intérprete y 1 perro de rastreo llamado Cairo.

En total, 19 seals del conocido como Equipo 6 entrarían en la residencia y 3 tenían la misión específica de ser quienes encontraran a Bin Laden.

Otros 24 miembros del Equipo 6 esperaban como refuerzo a bordo de 2 Chinooks en una zona desierta en Pakistán a una distancia de 2/3 de Abbottabad, donde habían aterrizado tras salir de Jalalabad (Afganistán) y donde esperaban órdenes.

Uno de esos 2 Chinooks voló luego hasta lo de Bin Laden para recoger el cadáver del terrorista, los seals que se habían quedado sin transporte y las armas y material incautado en el asalto.

Desde que comenzó la operación llevó 15 minutos dar con el líder de Al Qaeda y otros 20 (se calcula que unos 23) volar el helicóptero averiado y trasladar a un lugar seguro a una decena de mujeres y 18 niños para que no les afectara la explosión.

Al no haber podido acceder por el aire, los seals se vieron obligados a volar paredes y avanzar con la ayuda de explosivos para acceder al 3er. piso de la residencia, donde se suponía que se encontraba bin Laden.

En su avance, los militares de élite encontraron la 1ra. resistencia y dispararon contra 3 hombres y 1 mujer que gritó alertando a los habitantes de la casa. En los 3 niveles de la casa, los soldados se encontraron con grupos de niños, según relata AP.

Ya en el 3er. piso, los 3 seals con órdenes de encontrar a Bin Laden vieron al objetivo al final del descansillo de la escalera por la que habían accedido. Bin Laden también les vio a ellos y corrió a refugiarse a su habitación. 1 de los soldados se apresuró a seguirle. En los aposentos del terrorista, 2 mujeres intentaban proteger a Bin Laden y gritaban a los militares estadounidenses.

El seal Nº1 que entró en el cuarto apartó a las mujeres temeroso de que portaran chalecos con explosivos. Otro seal había accedido ya a la habitación y disparó contra Bin Laden.

Una bala en el pecho y otra en la cabeza acabaron con su vida.

La fase Gerónimo había concluido y así fue notificado a la Situation Room de la Casa Blanca.

Osama Bin Laden había sido capturado, muerto.

En pocas horas, su cadáver volaría primero hasta la base de Bagram en Kabul (Afganistán) y luego hasta un portaaviones situado en el mar Arábigo, cuyas aguas se tragarían para siempre al hombre más odiado de América.

El futuro de Al Qaeda

Vale la pena recordar un fragmento de Amparo Tortosa en Foreign Policy:

«(…) Al Qaeda es ahora más investigada, perseguida y consabida que nunca, incluidas sus finanzas y su actividad propagandística, lo que ha mermado sus capacidades a lo largo del tiempo. Esto se lo debemos a la cooperación antiterrorista entre los Gobiernos occidentales. Los nuevos riesgos y amenazas mundiales: el hambre y la pobreza junto con los efectos del cambio climático, los cambios en las tiranías y los efectos de la crisis financiera mundial, están teniendo un impacto superior a la fuerza y composición actuales de la organización, que la superan en poder de movilización y de convulsión, de cambiar el mundo.

Los terroristas se enfrentan a un competidor supremo y arrollador, que les hace sombra y que frente a sus intentos de cambiar el mundo por la fuerza y el terror, les está dejando atrás, precisamente transformando la esfera internacional de forma pacífica y con una inmensa mayoría de adeptos. La organización tuvo sus albores y hoy el mundo árabe y musulmán está más preocupado por sus luchas de liberación y de dignidad que por el fanatismo, mirando hacia la modernidad.

Quizás debamos pensar también en qué momento llega la muerte de Bin Laden, justo cuando la coyuntura de las revoluciones árabes le quita protagonismo y la engulle, reduciendo más sus posibilidades de vengar su muerte que en una etapa anterior a las revoluciones. Al Qaeda se enfrenta a un monstruo colosal que la arrolla y la devasta como el huracán más feroz, casi sin darle tiempo a ponerse a salvo ni reorganizarse. Que intenten vengarse es un clásico, que sigan cometiendo fechorías también, pero tan obvio como que sus capacidades actuales no son las de ayer, cuando cometían atentados espectaculares. Además, a los medios de todo el mundo les coge preparados y especializados. En todo caso les quedan acólitos que emergieron en épocas pasadas. Y es que estamos adentrándonos en otros tiempos, dejando atrás amenazas anteriores y enfrentando otras nuevas, que, no olvidemos, son de mayor envergadura. Aunque por otro lado más disipadas todavía y que interactúan combinadas (las fuerzas de la economía globalizada y de la naturaleza con lo social y lo político).

Al Qaeda acabará engullida por los nuevos tiempos, por las nuevas amenazas mundiales, más tarde o más temprano, reducida a una amenaza menor ante el cambio mundial que nos adentra en una nueva era con nuevos actores y nuevas realidades. Sus actuales competidores son muchos más y más potentes: una inmensa mayoría de la población árabe y musulmana que clama democracia y no la sharia, que quiere sistemas democráticos seculares y adentrarse en la modernidad y que no ve en la religión ni en el fanatismo la solución. Frente a esto la organización está acabada, seguirá coleando tratando de organizar sus fechorías, puede que nos siga golpeando con el terror, pero de forma más limitada y sin su potencial de antes, y lo que es mejor, sin proyección de futuro.»

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