El 15 de octubre 2010, en el acto realizado por Moyano en el estadio de River con el matrimonio Kirchner, quedó explicitado el conflicto entre la presidente y el titular de la CGT. La historia de una alianza entre enemigos íntimos, en la óptica del titular del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría, Rosendo Fraga.
Cuando el 15 de octubre, en el acto realizado por Moyano en el estadio de River con el matrimonio Kirchner -doce días antes de la desaparición del ex presidente-, el titular de la CGT dijo que tenía que llegar el momento en cual un trabajador llegue a la Casa Rosada y Cristina le contestó diciendo esta Presidente es trabajadora desde los dieciocho años, quedó explicitado el conflicto entre ambos.
Es que el dirigente camionero reclamó la Presidencia de la Nación y la Presidente respondió poniéndole un límite. Quedó claro entonces que la relación de los dos integrantes del matrimonio Kirchner con Moyano era diferente: más negociador el marido, más confrontativa la esposa.
Desde entonces, el conflicto fue escalando. La Presidente llegó a decir el jueves 12 de mayo que si el sindicalismo no bajaba la conflictividad analizaba no ser candidata, porque ya había dado todo lo que tenía que dar. A su vez, el miércoles 17 el titular de la CGT dijo públicamente que muchos quieren verlo preso.
Mientras tanto, el acto de la central obrera con motivo del día del trabajo fue el más importante realizado por el sindicalismo peronista desde el reestablecimiento de la democracia en 1983, al mismo tiempo que las causas judiciales que afectan y amenazan a Moyano, no sólo avanzan sino que se multiplican en la Justicia. Que los jueces miran al contexto político no es una novedad en la Argentina y lo que está sucediendo con el titular de la CGT muestra que ellos no sólo perciben que la Casa Rosada está enfrentada con el dirigente camionero, sino que también los dirigentes opositores buscan crecer oponiéndose a su estilo y forma de ejercer el poder político y social.
Puede plantearse que tanto la lógica política como los intereses, deberían llevar a que entre la Presidente y Moyano se establezca finalmente una tregua, evitando que la sangre llegue al río y pueda complicar al oficialismo primero en términos de gobernabilidad y después electoralmente.
Pero la política es una mezcla de pasión y de razón. En los años noventa solía decirse que Menem y Cavallo al final no se enfrentarían porque ambos iban a perder, pero finalmente lo hicieron. Después la idea predominante fue que De la Rúa y Chacho Álvarez iban a evitar la ruptura, porque a ninguno le convenía, pero al final rompieron, con consecuencias negativas para ambos. Más cerca en el tiempo, se sostenía que entre Kirchner y Lavagna tampoco habría confrontación porque a ninguno le convenía, pero terminaron por enfrentarse.
En los tres casos terminó predominando más el factor pasional de la política antes que la razón o la conveniencia.
Algo similar parece suceder ahora entre Cristina y Moyano. Ambos ya han comenzado a complicare con la escalada en la crisis entre ellos, pero al mismo tiempo parecen incapacitados para impedirla o contenerla.
Hay quienes sostienen que la Presidente busca construir una imagen positiva en lo sectores medios, confrontando con el líder sindical. Pero la confrontación no solo ha sido una decisión de Cristina, sino también la consecuencia del avance de Moyano para controlar ostensiblemente el poder político, pidiendo no sólo el próximo Vicepresidente sino también insinuando su propia candidatura presidencial para 2015.
Más allá de los factores personales y la lucha por el poder, la ideología también está incidiendo en este conflicto. Es que el peronismo tradicional parece incidir menos en la visión política de la Presidente que en la gestión de su esposo Además, ella parece más identificada con el pensamiento de la izquierda setentista, cuando Moyano desde la Juventud Sindical Peronista se enfrentaba con la Juventud Peronista en la cual militaba el matrimonio Kirchner.
Lo lógico sería que un acuerdo político permitiera la reelección de Cristina y evitara a Moyano quedar preso. Pero la pasión puede llegar a producir lo contrario y dejar a ambos fuera del poder si finalmente la Presidente no se presenta como candidata y las causas judiciales terminan desplazando al líder sindical del poder sindical y político que hoy ejerce en la Argentina.
Fuente: Www.nuevamayoria.com
