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El peor de los finales para Juanita

La muerte de su bebé invita a repensar sobre los peligros en el último trimestre de gestación. ¿Pudo el estrés desencadenar la tragedia?

Ayer a la madrugada, los argentinos despertaron sacudidos por una trágica noticia, que todos los medios relevaron desde múltiples ópticas: la muerte intrauterina del bebé que la actriz Juana Viale estaba gestando hacía casi ocho meses.

Lo mediático de la novedad no opaca el dolor que esta situación acarrea a los padres que la padecen. ¿Qué riesgos presenta un embarazo durante el último trimestre de gestación? ¿Cuáles son los motivos que pueden desencadenar esta tragedia? ¿El estrés aporta riesgos no previstos a los que ya existen durante estos últimos tres meses previos al parto?

Estas preguntas estuvieron dando vueltas por todos los medios de comunicación para poder explicar el caso puntual de Juana Viale; condimentado con toda clase de situaciones emocionales de contexto (que desgranamos aparte).

Estilo decidió consultar a una especialista obstetra para despejar incógnitas sobre las causas que pueden ocasionar un fallecimiento fetal semejante al de Viale, en el tercer trimestre de embarazo.

Esa pregunta nos responde la doctora Estela Pagliero que, escuchando el parte médico en relación a Juanita Viale, responde con cautela: “Cada período del embarazo tiene sus riesgos. En el tercer trimestre hay que tener en cuenta tres aspectos fundamentales: la presión (digamos, más de 13/9 ya se debería consultar al médico), los desprendimientos y ubicación de la placenta, y la patología del cordón umbilical (nudo o circulares de cordón)”.

Veamos. Tal como informó el primer parte médico de Viale, Juanita llegó al hospital con un fuerte dolor abdominal: “eso hace suponer, en un embarazo de 36 semanas como éste, un desprendimiento abrupto de placenta”, afirma la especialista.

Ahora bien: ¿qué situaciones pueden provocarlo? “La causa principal es una suba de presión”. Y en la cadena de los porqués, Pagliero asiente que “sí, es posible que lo ocasione el estrés”. Una pelea demasiado intensa, por ejemplo, puede disparar a 150 o 170 la presión de una embarazada.

Pero no siempre el desprendimiento de placenta es fatal. “Existe el desprendimiento total (que es imprevisible, inmediato y no da tiempo para nada) y el parcial que, según el caso, puede dar chances para una cesárea de urgencia”.

Un dato: al analizar la piel del feto, se puede determinar casi con precisión si el feto lleva minutos, una hora o más tiempo sin vida.

¿Se puede pensar en la situación inversa? Es decir: ¿en que el fallecimiento previo del bebé haya ocasionado el desprendimiento de la placenta? “Puede que un nudo, o circular de cordón, no permita el paso de sangre, pero no coincide la sintomatología con este caso
-explica Pagliero-. Allí, la madre simplemente deja de sentir que el feto se mueve. Pero aquí es importante el dato del dolor abdominal y de un útero duramente contraído: se lo llama accidente de Baudelocque”.

Una pregunta más ¿qué tan normal es este tipo de muertes intrauterinas? “No es muy frecuente: aproximadamente 1 caso en 1.000 embarazos normales”, calcula la especialista.
Puede que no se tenga antecedentes familiares. Puede que los embarazos previos hayan manifestado una presión normal. Como todo accidente, el de Baudelocque es imprevisto y repentino. Sin embargo, todo el Juanitagate se vive ahora como una película en reversa con un final infeliz.

Fuente: Los Andes

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