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La fe a San Cayetano

Miles de personas rindieron tributo este domingo al santo Patrono del Pan y la Familia, en el templo ubicado en el barrio porteño de Liniers.

El primado argentino llamó a poder poner paz en medio de tanta «agresividad y violencia», durante el multitudinario festejo.

El purpurado pidió también un cambio interior que permita dejar de «ser ñoqui y vividor» para ser un trabajador «honrado, justo y solidario».

«Al entrar en esta casa pedimos la gracia de salir cambiados, pedimos la alegría que da dejar cada uno sus maltratos y salir convertido en hombres y mujeres de paz, que ponen paz en medio de una ciudad agresiva y violenta», expresó ante la multitud de fieles presentes en el santuario de Liniers.

«Junto a San Cayetano rezamos y pedimos la gracia de dejar cada uno sus avivadas y ser hombres y mujeres con sed de justicia, con esa alegría que da pensar cómo ser más justos en nuestras relaciones», agregó.

Bergoglio destacó la espontánea expresión de fe a San Cayetano, en cuyo santuario una multitud hizo dos filas extensas para cumplir sus promesas y pedir paz, pan y trabajo, como reza el lema.

«Como vemos, es una decisión motivada por la alegría, no por alguna imposición externa», afirmó ante miles de personas que exhibían en sus manos espigas de trigo con la imagen del santo.

Al concluir la misa central, Bergoglio recorrió la fila de quienes esperan ingresar al santuario e impartió la bendición a los peregrinos.

El lugar comenzó a recibir a la multitud que, desde hace días, esperaba acercarse a la imagen del santo, exactamente desde la hora cero.

La expresión de fe popular lleva por lema «Junto con San Cayetano rezamos por paz, pan y trabajo».

Con respecto a la cantidad de peregrinos que pasaron por el santuario de Cuzco 150 a lo largo del día, el párroco Jorge Torres Carbonell consideró que «no hay necesidad de contarlos, son muchos, y lo esencial es disfrutar de esta fiesta religiosa».

Los fieles formaron dos extensas filas. Una demandaba cerca de 12 horas y permitía tocar el vidrio que protegía la imagen del santo ubicada en el costado derecho del templo, mientras que la otra exigía unas 6 horas de espera para entrar por la nave central para verlo de lejos.

Cerca de 1.500 voluntarios laicos, 200 sacerdotes y 800 scouts asistieron a los peregrinos y les repartieron pan, caldo y mate cocido.

En tanto, la empresa AySA suministró agua potable a los fieles mediante tres camiones cisternas ubicados en las inmediaciones del santuario de Liniers.

Desde hace varios días, pese a las noches frías, los fieles acamparon sobre la avenida Juan B. Justo para participar de la renovada demostración de fe.

www.ciudad1.com.ar

Imagen: El Litoral

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