Muamar el Gadafi habría estado en la capital Trípoli hasta última hora del viernes 26/08 y luego se marchó hacia Sabha, una ciudad ubicada en el sur del país, dijo el canal británico Sky News citando al guardaespaldas de 17 años de su hijo Jamis.
Se desconoce el paradero de Muamar al Gadafi desde que las fuerzas opositoras capturaron Trípoli, hundiendo su mandato de 42 años después de un levantamiento de 6 meses respaldado por la OTAN y algunos países árabes.
El canal británico de noticias Sky citó al guardaespaldas capturado de Jamis Gadafi, hijo del coronel, diciendo que Gadafi tuvo una reunión con Jamis el viernes 26/08 en un complejo de Trípoli que estaba en medio de un tiroteo por fuerzas rebeldes. Gadafi llegó en un automóvil sedán y luego se unió también su hija Aisha.
«Tuvieron una reunión corta, corta, dice el joven. No estaba cerca de ellos pero pudo verlos claramente», reveló el periodista de Sky, Stuart Ramsay, citando al supuesto guardaespaldas.
«Luego cambiaron a una serie de coches Land Cruiser y se fueron. El (joven) habló con su oficial inmediato (quien dijo) ‘están yendo a Sabha'», agregó.
Junto con Sirte, ciudad natal de Gadafi, Sabha es uno de los pocos lugares en Libia que aún controlan las fuerzas pro-Gadafi.
Aparentemente, entonces Aisha partió hacia Argelia.
La hija de Muamar al Gadafi, Aisha, de 35 años, ha dado a luz a una niña en Argelia, donde llegó con sus hermanos y madre tras huir de Libia.
Las autoridades argelinas así lo confirmaron: «Aisha ha dado a luz esta mañana. Ha tenido una niña. Madre e hija se encuentran bien».
La pequeña se llamará Saifa, como su abuela materna (la 2da. mujer de Gadafi), presente en el parto.
El Gobierno argelino ha reconocido que dio cobijo a la familia del coronel libio «por razones estrictamente humanitarias».
A las 8:35 del lunes 29/08, Safia y 3 de sus hijos (Aisha, Hanibal y Mohamed) entraron en Argelia a través del puesto fronterizo de Tinkarine, desde donde viajaron en avión a Djanet,.
«Informamos al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, y al presidente del Consejo Nacional de Transición libio», añadió el portavoz del Ministerio de Exteriores argelino.
A propósito de los hijos de Gadafi, es interesante un fragmento del comentario de Giles Elgood, de la agencia Reuters:
«(…) Durante años, los celos y la avaricia habían envenenados las relaciones dentro de la familia, pero cuando los rebeldes desafiaron el sistema de gobierno de Libia, los siete hijos y una hija de Gadafi cerraron filas en torno a su padre, abandonando unas vidas que en muchos casos se desarrollaron en el extranjero, no sin falta de polémica.
Un informe filtrado de la diplomacia de Estados Unidos de 2009 destacó que «las luchas intestinas no son nada nuevo para una familia con fama de problemática». Varios responsables libios perdieron sus empleos o se vieron forzados a irse al exilio tras caer en desgracia con miembros de la familia.
El más prominente una vez que comenzó la revuelta fue Saif al Islam, de 39 años, cuya belicosa retórica favorable al régimen obligó a analistas libios a reconsiderar rápidamente opiniones anteriores de que era un reformista.
En su día visto como la cara aceptable del régimen libio, Saif al Islam es buscado ahora por la Corte Penal Internacional por crímenes contra la humanidad, al igual que su padre. El tribunal dijo que Saif al Islam había sido arrestado cuando Trípoli caía, pero poco después apareció ante medios internacionales en la capital para desmentir esas noticias.
Saif al Islam, que estudió en la London School of Economics y habla inglés, fue considerado en su día como un posible sucesor de su padre.
Su hermano Saif al Arab, de 29 años, ha muerto en un bombardeo de la OTAN sobre Trípoli. Cuando tenía cuatro años, resultó herido en un ataque aéreo contra el complejo de su padre en la capital ordenado por el presidente Ronald Reagan en 1986.
Si esos dos violentos eventos enmarcaron su corta vida, lo que sucedió entre medias fue menos excepcional: los pecadillos de un niño mimado de un padre indulgente.
Estudiante en Alemania, el nombre de Saif al Arab apareció en los medios después de supuestamente se viera implicado en una pelea en el club nocturno 4004 en Múnich. Según un artículo de Der Spiegel en 2007, se peleó con un guardia de seguridad que intentó echar a su acompañante femenina después de que ésta empezara a desnudarse en la pista de baile.
En cables diplomáticos estadounidenses que detallaban las rivalidades de la familia de Gadafi se dice que Saif al Arab había pasado «mucho tiempo de fiesta».
Otro hermano, Jamis, murió supuestamente el lunes, pero dos informaciones anteriores sobre su fallecimiento resultaron ser falsas.
Si está vivo, el fiscal de la CPI dijo que podría colocar a Jamis en la lista de buscados después de que una brigada militar que él dirigía fuera acusada de matar a docenas de detenidos en Trípoli.
Jamis también resultó herido en el bombardeo de 1986 de Trípoli, pero eso no le evitó iniciar una carrera como comandante de la 32º Brigada, una de las unidades mejor equipadas de Libia, que desempeñó un papel fundamental en el intento de Gadafi por aplastar la revuelta.
Gadafi siempre dijo que su hija adoptada Hana, entonces de seis meses de edad, había muerto en el ataque de 1986. Pero después de la caída de Trípoli, el Irish Times dijo que había hallado documentos que mostraban que estaba viva y había estudiado medicina e inglés.
Hanibal, cuyo cargo oficial era el de responsable de la compañía naviera estatal, estuvo implicado en una serie de incidentes en el extranjero. En 2008, su mujer y él fueron arrestados en un hotel de Ginebra por maltrato a dos empleadas. El incidente acabó convirtiéndose en un gran conflicto diplomático con Suiza durante el que dos empresarios suizos fueron detenidos durante un largo período en Libia.
Medios británicos dijeron que la policía fue llamada a su hotel de lujo después de que su mujer resultara herida, pero no se presentaron cargos.
Su hermano Saadi es conocido en el extranjero sobre todo por su obsesión con el fútbol. Tuvo una breve y deslucida carrera con varios clubes italianos y también fue capitán de la selección nacional libia, cuyo entrenador fue cesado una vez por no convocarle.
Saadi también destacó por su faceta de mujeriego, según una ex bailarina búlgara de clubes nocturnos que dijo que tuvo una aventura durante seis años con él, según el diario británico Mail on Sunday. La sofisticada imagen que trató de proteger con aviones privados, hoteles de cinco estrellas, joyas y maletas llenas de dinero se vio estropeada por su afición a visitar parques de atracciones.
Poco se ha oído del hijo mayor de Gadafi, Mohammed, un ingeniero que fue puesto a cargo del Comité Olímpico de Libia y el Comité General de Correos y Telecomunicaciones. Ese puesto suponía que estaba de hecho al mando de la red de teléfonos de Libia, que fue utilizada para espiar a activistas anti-Gadafi y meterles en la cárcel.
De la misma manera, desde que empezaron los combates tampoco se oyó hablar mucho de Muatasim, que trabajó como asesor de seguridad de Gadafi y se encargaba de la imagen en los medios de su padre durante los viajes al extranjero, ocasiones en las que salió a la luz parte del comportamiento más extravagante del líder.
«Muatasim (…) desempeña un papel clave como confidente y asesor de su padre durante los viajes al extranjero», dijo un cable confidencial de la embajada estadounidense en Trípoli.
La hija de Gadafi, Aisha, estudió en Francia y habló en defensa de su padre cuando empezó el conflicto.
Su glamurosa imagen llevó a algunos a describirla como la Claudia Schiffer del norte de África. Abogada, se unió a un equipo que defendió sin éxito a Sadam Husein en Bagdad. Su papel como embajadora de buena voluntad de Naciones Unidas no sobrevivió al inicio de la revuelta popular en Libia en febrero.»
www.urgente24.com