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No habrá ‘cascos azules’ en Libia pero hay enojo con Argelia

Los anti Gadafi tachan de agresión a Argelia por brindarle asilo a 4 familiares del coronel, hecho que demostró la ineficiencia militar de los rebeldes. Argel promete entregar a Muamar al Gadafi a La Haya si ingresa a su territorio.

Ban Ki-moon (Foto: Fernando Sturla/Télam)

Si hace 4 días Ban Ki-moon aseguró que pediría al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que considerase un despliegue urgente de una misión de paz en Libia, parece que la ONU ya ha tomado la decisión.

Naciones Unidas se prepara para asumir algún rol en Libia una vez que concluya el conflicto en el país norteafricano, para evitar el caos ya que no se confía demasiado en la capacidad del Consejo Nacional de Transición, en especial si no se encuentra a Muamar el Gadafi.

«Por el momento, la misión no contará con cascos azules. Ha quedado muy claro que los libios quieren evitar el despliegue militar de la ONU o cualquier otra organización», dijo a la prensa el asesor del organismo para la planificación postconflicto, Ian Martin, tras reunirse con los miembros del Consejo de Seguridad.

Martin señaló así que la misión del organismo para cuando se dé por finiquitado el régimen de Muamar el Gadafi tendrá «un carácter político» y ayudará a las nuevas autoridades a desarrollar un proceso de transición que lleve a la democracia.

Martin se ha reunido en los últimos días junto al enviado especial de la ONU para Libia, el jordano Abdelilah al Jatib, y el Consejo Nacional de Transición para analizar las peticiones y opiniones de los líderes rebeldes, y ayer acudió al Consejo de Seguridad junto a Ban Ki-moon para exponer sus ideas sobre el papel del organismo.

El asesor reconoció que una fuerza de paz para el país norteafricano había sido estudiada «para un contexto que no es el actual» y señaló que, tras hablar con el CNT libio, «ya no esperamos que las autoridades libias pidan observadores militares».

Las autoridades libias, según añadió Ian Martin, están «muy interesados en que se les ayude en materia policial para tener la situación de la seguridad bajo control y gradualmente contar con unas fuerzas de seguridad responsables democráticamente», una ayuda que tampoco sería llevada a cabo por cascos azules.

Este martes 30/08 el comité de sanciones del Consejo de Seguridad ya desbloqueó 950 millones de libras en bienes libios depositados en bancos del Reino Unido y la semana pasada hizo lo mismo con los US$ 1.500 millones que había en Estados Unidos, medidas que fueron aplaudidas en la reunión por el secretario general.

Guardaespaldas

5 guardaespaldas de Muamar Gadafi han asegurado que fueron violadas por el dictador libio y sus hijos, según informa la cadena Al Arabiya.

Los testimonios forman parte de un informe que está realizando el psicólogo Sehram Sergewa en Bengasi.

Sergewa está realizando el trabajo para presentarlo ante el Tribunal Penal Internacional y ha desvelado relevantes detalles al ‘Malta Times on Sunday’.

El coronel libio se rodeaba siempre de una guardia femenina que llegó a estar integrada por 400 mujeres. Gadafi les obligaba a mantenerse vírgenes.

Ahora, varias de ellas han decidido hablar y relatan cómo fueron violadas tanto por el dictador como por sus hijos y otros oficiales. Una de ellas contó que, además de ser violada, fue chantajeada. Tras sufrir los abusos sexuales, le instaron a convertirse «en guardaespaldas» del dictador o ver cómo su hermano, que estaba en prisión acusado de tráfico de drogas, «pasaba el resto de su vida en la cárcel».

Durante la reciente guerra civil, un gran número de mujeres han denunciado asimismo haber sido violadas por gadafistas. De hecho, el régimen del dictador ha sido acusado de dar a sus hombres Viagra para incitarles a la violencia sexual.

Choque con Argelia

El nuevo Gobierno libio comienza a gestionar la tarea descomunal de construir un país asolado por la negligencia, la arbitrariedad y 4 décadas de saqueo oficial de los ingentes recursos petrolíferos.

Pero con el fugitivo Muamar el Gadafi todavía al frente de sus fuerzas armadas, según aseguró la OTAN, el camino está sembrado de minas económicas, políticas y también diplomáticas.

Si Gadafi no sigue los pasos de sus colegas tunecino y egipcio -la huida al extranjero o el procesamiento judicial-, muy pocos respirarán tranquilos.

De ahí la indignación que el Consejo Nacional de Transición (CNT), el Ejecutivo de los rebeldes, transmitió al Gobierno argelino después de que este acogiera en su territorio a la esposa de Gadafi y a tres de sus hijos.

Argel trató de rebajar la tensión. Medios de este país aseguraban que el Gobierno entregará a Gadafi al Tribunal Penal Internacional si pisa suelo argelino.

La acogida a los parientes de Gadafi es una «agresión» a Libia, según el CNT.

Sin embargo, es una cuestión de la «sagrada hospitalidad» que impera en el desierto, a juicio del embajador argelino en Naciones Unidas, mencionado por la BBC.

El diario argelino Echorouk, citando fuentes oficiales, informó que el presidente Abdelaziz Buteflika ha asegurado a su Gabinete: «Si Gadafi intenta entrar en Argelia… será detenido y lo entregaremos al Tribunal Penal Internacional de acuerdo con los convenios internacionales».

En cuanto a los familiares -«todos unos criminales financieros», los definió el vicepresidente del CNT, Abdelhafiz Ghoga-, el periódico apuntaba que no podrán abandonar la zona desértica en la que se encuentran.

El Ejecutivo insurgente reclamará su extradición. «Pedimos al Gobierno argelino que se asegure de que la presencia de esta gente no supone una amenaza para Libia. Esperamos que sean entregados…», declaró en Bengasi Mustafá Abdel Yalil, presidente del Consejo.

Nadie en Argelia escuchará a Yalil porque Argelia ni siquiera ha reconocido la legitimidad del CNT.

Las relaciones diplomáticas entre Trípoli y Argel, la única capital del norte de África que no ha reconocido la legitimidad del CNT, eran muy aceptables en los años ’70, cuando Libia respaldaba al Frente Polisario saharaui.

Se torcieron en la década siguiente tras la firma de un tratado entre el régimen de Gadafi y el rey de Marruecos -rival acérrimo de Argel y enfrentado al Polisario por el dominio del Sáhara Occidental-, para que las aguas volvieran a su cauce hace dos décadas.

Sin embargo, desde que se desató la revuelta en Bengasi, las autoridades rebeldes han denunciado repetidamente el respaldo de Argelia al aparato militar de Gadafi, mientras el Gobierno de Buteflika insistía en que el alzamiento libio está conducido por extremistas islámicos y que Al Qaeda no era ajena a la revuelta.

Ahora, los vínculos entre ambos Estados atraviesan horas muy bajas. Las especulaciones sobre el cierre de la frontera entre ambos países se suceden. Como son continuos los ultimátums que los dirigentes insurrectos envían a los mandos militares de Gadafi. Esta vez con fecha fija.

Si no hay indicios de que los leales al dictador se rinden antes del sábado en Sirte, ciudad natal del tirano, y en otros lugares, especialmente la región de Sabha, 600 kilómetros al sur de Trípoli, «decidiremos este asunto militarmente», advirtió Abdel Yalil.

Con las instalaciones petroleras, que aportan el 90% de los ingresos públicos, dañadas -será necesario más de un año para que funcionen adecuadamente-, con buena parte de la población armada y sin instituciones todavía en marcha, el potencial conflictivo en Libia es inmenso.

Y todo se agrava porque Gadafi y sus hijos Mutasim y Jamis, jefes de las fuerzas armadas gadafistas, andan en paradero desconocido.

Varias veces se ha anunciado la muerte de Jamis, pero la OTAN no lo confirma. Y las declaraciones de los jefes rebeldes a este respecto carecen de credibilidad, incluso para los ciudadanos que apoyan la revolución.

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