Los trabajadores públicos de los servicios funerarios están en huelga desde hace cuatro días en la mayor ciudad de Brasil. Bajo pena de multa, la Justicia les ha exigido el fin de la protesta
El Tribunal de Justicia de Sao Paulo determinó que los trabajadores deben terminar con caos del servicio funerario de la ciudad, e indicó que si los funcionarios del servicio funerario municipal no regresan inmediatamente al trabajo, se les aplicará a la entidad una multa diaria de 60.000 reales (unos 37.406 dólares).
La huelga, calificada como «ilegal» por la Justicia, tiene la adhesión del 90% de los 1.336 trabajadores del servicio funerario de la ciudad. Los servidores públicos exigen un reajuste salarial del 39%, ya que desde 1995 no reciben aumento salarial real. Mientras tanto, y desde el martes, en 21 cementerios municipales se han atrasado cientos de velorios y entierros.
El conflicto ha involucrado hasta a los agentes de la Policía municipal, que tuvieron que transportar algunos cadáveres en sus patrullas. Hasta los jardineros de la alcaldía fueron enviados a los cementerios para sustituir en su trabajo a los sepultureros que se adhirieron a la huelga.
Familiares de los fallecidos también colaboraron con las labores en los cementerios y por la falta de personal en las salas de velación, muchos velatorios tuvieron que realizarse en las propias casas de los difuntos, como se hacía hasta hace algunos años.
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