Informaciones provenientes de Níger indican que el jefe de seguridad interna del coronel Muamar el Gadafi ha cruzado la frontera de Libia y se encuentra en la capital Niamey. Mansour Daw ingresó acompañado de unos 10 hombres cuyas identidades no se han hecho públicas. El gobierno de Níger reconoció al Consejo de Transición Nacional de Libia la semana pasada.
A Reuters le han contado sus fuentes que, luego del ingreso a Níger de Mansour Daw, jefe de seguridad de Muamar el Gadafi, cruzó también la frontera un convoy de 250 vehículos militares libios, que estacionaron en la ciudad de Agadez.
Hay especulaciones acerca de si Muamar el Gadafi podría unirse al destacamento y luego trasladarse hasta Burkina Faso, que le ha ofrecido asilo.
En tanto, se conoció documentación que China negoció entregarle armamemento a Gadafi cuando ya estaba vigente una prohibición de Naciones Unidas.
El diario canadiense The Globe and Mail dijo que fábricas estatales chinas negociaron US$ 2000 millones en armamento para Gadafi, violando las resoluciones de la ONU que prohibía las transacciones.
The Globe and Mail dijo que uno de sus reporteros encontraron los documentos, en árabe, en una pila de basura en el barrio de Bab Trípoli Akkarah, un enclave que fue el hogar de algunos de los partidarios más fieles de Gadafi.
Los documentos fueron publicados en el sitio web del diario con sede en Toronto, pero no confirman si toda la asistencia militar fue entregado a Gadafi.
El Consejo Nacional de Transición de Libia dijo que le parecía que las entregas podrían haber sido hechas.
«Hemos encontrado varios documentos que nos mostró las órdenes, las órdenes de gran volumen, de armas y municiones de China, y ahora sabemos que algunos de los materiales entraron en los últimos 2 a 6 meses», dijo Abdulrahman Busin, portavoz del NTC.
«Tenemos a muchos de los generales y altos mandos que desertaron y saben qué tiene y qué no tiene Gadafi, y qué armas se entregaron a Gadafi en los últimos meses», dijo Busin.
Mohamed Sayeh, de la NTC, dijo: «Hemos visto los documentos. Fue firmado por los funcionarios chinos, y consistió en artillería a través de Argel, para agilizar el acuerdo».
En tanto, regresando al escenario de los combates, hay una buena crónica del diario español ABC:
«En Bani Walid hay unos 60 o 70 hombres armados que se niegan a rendirse, según el negociador jefe rebelde, el doctor Abdul Kenshil. ¿Cómo unas tropas que han logrado controlar importantes ciudades no hacen frente a 60 o 70 hombres? Kenshil insiste en que atacar no es decisión suya sino de los mandos militares de la revolución y del Consejo Nacional Transitorio (CNT). La ciudad, de unos 70.000 habitantes, seguía siendo en la tarde del lunes un bastión para los leales a Muamar Gadafi.
El doctor Kenshil hace estas declaraciones rodeado de reporteros en un control de carretera a varias decenas de kilómetros de Bani Walid. No dejan avanzar a los periodistas más adelante ni hay forma de confirmar estas informaciones. A lo largo de la jornada los todoterrenos con armas y guerrilleros siguieron asfalto arriba y asfalto abajo, pero nada hacía indicar que hubiera un frente de batalla abierto. Responsables militares en la zona dijeron el domingo que no iban a ampliar el plazo y que entrarían «por la fuerza».
Las negociaciones para la rendición se rompieron en la tarde del domingo, pero sigue habiendo contactos sobre el terreno para tratar de mejorar las condiciones de vida de los habitantes de Bani Walid.
«Mantenemos todavía discusiones con los ancianos y los líderes de los clanes», explica Abdul Kenshil. Dice que la ciudad vive una situación de «catástrofe» al carecer de electricidad, comida, agua o medicinas.
Escapar por el desierto
Kenshil insiste en que el portavoz del régimen gadafista, Mousa Ibrahim, sigue en Bani Walid. «Nuestras fuentes nos informan de sus movimientos y hemos pedido que no le hagan nada», dando a entender que no pierden la esperanza de capturarlo. La geografía libia juega sin embargo un papel importante en la fuga de los hombres próximos al tirano.
Precisamente, anoche, Ibrahim aseguró a una televisión siria que Gadafi se encuentra en el país «en una zona inalcanzable para estos grupos sediciosos. Tiene buen ánimo y goza de muy buena salud». También afirmó que su «heredero», Saif, está en Libia.
La carretera que lleva de Trípoli en dirección hacia Bani Walid y después hacia la inmensidad del desierto libio ha sido empleada por altos mandos del régimen y miembros de la familia de Muamar Gadafi para escapar de los insurgentes.
El último del que se ha tenido noticias es uno de los máximos responsables de la seguridad del régimen, Mansour Dhao, que llegó hace unos días a Níger junto a una docena de personas más tras haber viajado 2.000 kilómetros, según informó Al Arabiya. Dos responsables nigerinos confirmaron a Reuters que el jefe de las brigadas de seguridad de Muamar Gadafi, Mansur Dhao, había cruzado a Níger desde Libia y está previsto que llegue a la capital.
Mientras tanto, a unos 40 kilómetros de Bani Walid los rebeldes tienen preparado un pequeño hospital ante una posible batalla. «Aquí no diferenciamos entre pro-Gadafi y anti-Gadafi. Somos médicos», explica Mohaned Bendala, estudiante libio de 28 años que se encontraba en Alemania y ha regresado como voluntario.»
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