Ya son 172 los uniformados municipales del norteño estado de Nuevo León detenidos por connivencia con el crimen organizado. Las autoridades sospechan que trabajaban para el sanguinario cártel de Los Zetas
Un vocero del Consejo de Seguridad de Nuevo León, en la frontera con los Estados Unidos, explicó que el operativo estuvo a cargo de un grupo especial conformado por soldados, marinos y policías federales. Las investigaciones determinaron que los agentes municipales utilizaban sus puestos públicos para servir a las filas del narco.
De acuerdo con el funcionario, la mayoría de los policías pertenece a las localidades rurales de Hidalgo, Ciénega de Flores, Benito Juárez, así como del municipio del Carmen, donde, incluso, fue arrestado por el director de policía local.
Los arrestos evidencian el paupérrimo estado de las policías estaduales. El 90% de estas corporaciones tiene menos de cien agentes, todos reciben salarios muy bajos, están mal entrenados y son fácilmente sobornables.
En los últimos tres años, en Nuevo León crecieron los niveles de violencia producto de la pugna entre los cárteles de las drogas por el control del territorio, que en los últimos 12 meses asesinó a más de 1.300 personas, incluidos unos 90 policías.
Todos los policías arrestados están acusados de mantener nexos con los cárteles de droga, en especial con los Zetas. Esta banda criminal nació como un grupo de soldados mexicanos de élite retirados que ofrecían sus servicios como sicarios al cártel del Golfo, también mexicano. Con el correr de los años fueron creciendo, en número de integrantes y poder, hasta que se escindieron. La división supuso el comienzo de una sanguinaria lucha por el control del tráfico de droga en varias zonas de México que, incluso, se trasladó a otras regiones de América Latina.
Se trata de la banda criminal mexicana con mayor dominio territorial en su país. Además de Nuevo león, controla los estados mexicanos de Jalisco, Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Tabasco, Veracruz, Tamaulipas, la mitad de Chihuahua, parte de Chiapas y San Luis Potosí, y diversas localidades de Durango, Oaxaca y Zacatecas. Además, tiene grupos radicados en Costa Rica, Guatemala y nexos con los grupos armados de Colombia.
Infobae
