El «huracán Cristina» le permite al oficialismo contar con el quórum tanto en Diputados como en el Senado de la Nación, con los miembros del Frente para la Victoria (FpV) y sus aliados.
La victoria de Cristina Fernández de Kirchner vino con la mejor yapa que podía esperar el kirchnerismo: la del manejo del Congreso de la Nación. Ese manejo del que adoleció los últimos dos años, tras la derrota en las legislativas de 2009, se lo asegura para los tiempos por venir.
En la Cámara alta, el kirchnerismo, que contaba con 38 senadores entre propios y aliados -incluido el representante de ProBAFe, Samuel Cabanchik-, ahora pasó a tener 39, gracias a la incorporación de la formoseña Graciela de la Rosa. Serán entonces 32 senadores propios, a los que habrá que sumar siete potenciales aliados. Ergo, superará los 37 necesarios para el quórum.
Además, si bien el menemismo se impuso en La Rioja, sus miembros responden ahora plenamente al kirchnerismo.
En Diputados, donde estaban las mayores expectativas, el aumento del número fue sustancial. Con las fuerzas propias no alcanza, está por debajo de los 120; pero con los aliados habituales, sí que alcanza y supera largamente los 129 necesarios.
Parlamentario