Pensante, degustadora del buen decir e imaginativa, es una de las protagonistas del film “Amor en tránsito”, comedia de relaciones cruzadas que se estrena hoy. “Si fuera en busca de la popularidad, perdería alegría”, dice
“El trabajo de un actor es buscar trabajo”, reflexiona. Luego, reconocerá que no es una frase suya, aunque le sienta bien. “Es de Jorge Marrale”, admite Verónica Pelaccini, actriz que hace de la percepción y la sensibilidad, una forma de ser. No es de esas intérpretes que se la ve mucho en televisión, o que rápidamente “se la saque” por su nombre. Encima, su fuerte, el teatro, este año se la perdió. “Entré en crisis -sonríe-, pero doy clases”, parece conformarse esta licenciada en Artes Combinadas.
Desde hoy, la pantalla grande la tendrá en “Amor en tránsito”, una comedia de Lucas Blanco que Pelaccini explicaría así: “Es una película que se podría definir como comedia dramática. Trata de dos historias de amor cruzadas, que transcurren en Buenos Aires. Y que están marcadas por esa especie de constante argentina que es el irse o quedarse en el país”.
Verónica es Micaela, “una luchadora cotidiana”, define lacónica, y agrega: “Una lucha cotidiana que tenemos con el amor”. Corrige, “tacha” y mejora esta artista que habla bien y piensa mejor: “No es una hacedora de hazañas, no es una heroína, no está por empezar una relación ni por irse de viaje, mi personaje es una mina accesible, que existe, tangible, y eso es lo que más me sedujo”.
Con “Amor en tránsito”, que también tiene a Sabrina Garciarena en su elenco, Verónica es cauta, aunque aspira a que resulte “una plataforma, no más que eso. No quiero poner todas mis fichas a un estreno, yo vengo laburando hace tiempo y en silencio”, hace saber quien trabajó en el film “Mentiras piadosas” y las obras “Las mujeres sabias” y “Cinco mujeres con el mismo vestido”.
De sonrisa contagiosa, sutil ironía y también perspicaz, Pelaccini dice estar feliz, con su vida y sus quehaceres. Y mucho de eso hay en su manera de ser y de manejarse. Se ahorra presiones y estrés: no está pendiente de la información que sale en internet sobre ella (“tampoco subo nada, no va conmigo”).
¿No te perjudica en tu carrera?
Creo que no. Una habla con su trabajo, con el tiempo, con la suerte, con los silencios.
Ella cree que si su nombre apareciera en un diccionario, los primeros adjetivos que figurarían serían “curiosa e inquieta”. Virtudes para un intérprete.
¿Te falta popularidad?
Puede ser, igual no la busco, aunque la considero valiosa, es una llave que abre un montón de puertas.
Es como el amor la popularidad, ¿no se busca?
Siento que hay que estar bien y predispuesta, después se verá. Si yo fuera a la caza de la popularidad, por cómo soy yo, perdería alegría. A mí no me gusta el bisturí, pero lo considero útil…Una actriz como yo, si es reconocida, será por lo que hace en el escenario o delante de cámaras.
¿Vivís de la actuación?
Soy actriz y también doy clases. Vivo de mis actividades, que se complementan, pero soy la misma persona. Amo lo que hago.
Se te nota…
Cuando actúo siento una felicidad incomparable y pienso: ¿por qué todo el mundo no elegirá la actuación?
Con proyectos varios, con una idea en el horizonte inmediato que la tiene expectante y adrenalínica, Pelaccini exterioriza candor. “Ando diez sobre diez. Qué se yo, la vida me tiene bien”.
Fuente: La Razón