Un día después de que Washington cerrase su embajada en Damasco y retirase a todos sus funcionarios del terreno, arriba a la capital el ministro de exteriores ruso, Sergei Lavrov con fuertes críticas a occidente por el rechazo que provocó el veto chino-ruso. ¿Por qué Moscu va a contramano del resto del mundo? La respuesta hay que buscarla en el intento de vuelta al poder de Vladimir Putin.
(Urgente24).
Con la represión y matanza en su punto más alto en Homs, el ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov, llegó este martes (7/02) a Damasco para mantener conversaciones con el presidente sirio, Bashar al Asad, tan sólo un día después de que USA cerrara su embajada en Damasco y el Reino Unido retirase a su embajador. Lo acompaña Mijaíl Fradkov, el jefe del Servicio de Inteligencia Exterior.
Y mientras continúa la represión, Alemania está estudiando el cierre inmediato de su embajada en Damasco, siguiendo el camino de Washington. Así lo indicó el lunes (6/02) el titular alemán de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle.
«Por motivos de seguridad ya hemos reducido apreciablemente (el personal de) la embajada. Me reservo nuevos pasos», dijo Westerwelle en Berlín, tras entrevistarse con su colega tunecino, Rafik Ben Abdesalem.
En esta misma línea se ha manifestado Italia, según han informado este martes (7/02) fuentes oficiales
El Gobierno de Berlín retiró ya el pasado 1/02 a su embajador en Damasco, mientras el Ministerio germano de Asuntos Exteriores citó ayer al representante diplomático de Siria en esta capital para expresar su protesta por la ola de violencia.
El jefe de la diplomacia alemana criticó también de nuevo el veto chino-ruso a la resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el fin de semana en Nueva York. «Creo que Rusia se ha situado en el lado equivocado de la historia», dijo Westerwelle, quien ya había señalado al producirse el veto que esa decisión no hacía sino alentar al régimen de Damasco a continuar con su política represora.
Existe un fuerte descontento desde Occidente por el veto del pasado sábado (4/02) de Rusia y China a una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que instaba al gobierno sirio a parar de matar a su propio pueblo.
Lavrov dijo que no hará públicos los detalles de su misión, pero Rusia ha manifestado que está en contra de cualquier intento de cambio de régimen en Siria. A estas alturas, Moscu es el aliado más importante del gobierno de Bashar al Asad.
La movida tiene una finalidad clara: mientras los demás miembros del Consejo de Seguridad continúan abogando por una posición conjunta que condene la violencia siria, Rusia pondrá en práctica su propia maquinaria diplomática para avanzar en el plano bilateral.