Christian Wulff presentó su renuncia luego del escándalo desatado tras conocerse que cuando era primer ministro regional aceptó un crédito muy ventajoso de empresarios amigos por medio millón de euros. La renuncia se da horas después de que la Fiscalía de Hannover pidiera levantar la inmunidad del mandatario para procesarlo
Wulff anunció su renuncia en una conferencia de prensa en su residencia, después de que la Justicia solicitase el jueves su desafuero por indicios de que recibió y otorgó beneficios en unas cuestionadas relaciones con diversos empresarios.
«Alemania necesita un presidente que cuente con la confianza ilimitada de una amplio espectro de la población y pueda afrontar los inmensos retos nacionales e internacionales», explicó Wulff después de que el escándalo desatado hace dos meses en torno a su persona hiciera caer por los suelos su popularidad.
«El desarrollo de los últimos días y semanas mostró que esta confianza y con ella las posibilidades de obrar se han visto afectadas de forma duradera. Por ello renuncio para allanar rápidamente el paso a un sucesor».
Wulff sostuvo que siempre ejerció sus cargos de forma correcta y honesta y se manifestó convencido de que la investigación de las denuncias en su contra obrarán en su descargo.
Las denuncias contra Wulff se remontan a la época en la que fue primer ministro del Estado de Baja Sajonia (2003-2010).
Se lo acusa de haber sacado ventajas personales de su posición en el poder con vacaciones gratuitas, créditos bancarios ventajosos y beneficios en la adquisición de automóviles y otros bienes de consumo.
El conservador Wulff, uno de los políticos más allegados a Merkel, ocupa la presidencia desde 2010, cuando fue elegido como sucesor de Horst Koehler.
La renuncia llegó horas después de que la Fiscalía de Hannover pidiera formalmente al Bundestag que levante la inmunidad de Wulff para procesarlo. Es la primera vez que un jefe del Estado alemán es formalmente investigado por la justicia.
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