El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, defendió la «necesidad imperiosa» de reducir el déficit público y sus drásticas medidas de ajuste un día después de las protestas desatadas en el país contra la reforma laboral y los recortes del gobierno.
«Se han adoptado decisiones difíciles. Algunas cuesta tomarlas, pero lo hacemos con la convicción de que lo que más daño hace a España es no hacer nada», dijo el mandatario en un encuentro con representantes de las organizaciones empresariales y de autónomos.
«No se puede vivir en un país donde la gente no paga y mucho menos si son las administraciones quienes incumplen sus obligaciones», subrayó.
El presidente se comprometió a abordar los recortes del gasto público «con la mayor justicia y equidad», consciente de que estos ajustes «pueden dificultar la situación en el corto plazo».
«España tiene la intención de cumplir sus compromisos europeos» con la reducción del déficit público, afirmó en declaraciones reproducidas por Europa Press.
Rajoy pretende reducir este año al 5,8% el déficit público español, que cerró 2011 en el 8,51%. Para 2013, el objetivo es que España termine en un 3% del Producto Bruto Interno (PBI), cumpliendo así con el Pacto de Estabilidad de la Unión Europea (UE).
El próximo 30 de marzo, el gobierno presentará sus presupuestos generales del Estado para este año, unos presupuestos que obligatoriamente contendrán duros recortes de cara a la reducción del déficit.
Será «un presupuesto difícil para un situación difícil», dijo Rajoy.
«Somos conscientes de que las decisiones que hay que tomar son difíciles, pero estamos convencidos de que lo que más daño hace a España es no hacer nada», añadió.
España va a volver a la recesión en este primer trimestre del año. Para todo 2012, el Ejecutivo prevé una contracción económica del 1,7 por ciento.
El país tiene en el desempleo la peor cara de la crisis económica: casi 5,3 millones de personas se encuentran sin trabajo, un 22,85 por ciento de la población activa, la tasa más alta de la UE.
Télam