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Mujica viajó de sorpresa y se reunió con Cristina

Con una visita sorpresiva que duró 45 minutos, el presidente uruguayo José Mujica le planteó a Cristina Kirchner sus quejas por el comportamiento «esquizofrénico» de las relaciones comerciales con la Argentina, aunque se comprometió a resolver las diferencias en el ámbito del Mercosur.

Fue una reunión sorpresiva y con «agenda abierta». Hubo mucho hermetismo y ningún mensaje público. Pero durante los 45 minutos que el presidente José Mujica estuvo ayer con Cristina Kirchner en la residencia de Olivos quedó en claro que Uruguay planteó sus quejas por el comportamiento «esquizofrénico» de las relaciones comerciales con la Argentina, aunque se comprometió a resolver las diferencias en el ámbito del Mercosur. Es decir que no trasladará su malestar al ámbito de la Organización Mundial del Comercio (OMC) como ya lo hicieron 40 países, incluidos varios vecinos de la región, según publicó el diario La Nación.

Mujica llegó pasado el mediodía a Buenos Aires casi de incógnito. Nadie había anunciado previamente la visita. El presidente de Uruguay arribó a Olivos junto con su embajador en el país, Guillermo Pomi, y el viceministro de Economía, Luis Porto. Según confiaron a LA NACION fuentes calificadas tanto de Uruguay como de la Argentina, se habló de todo: de las relaciones comerciales, de la debacle de la economía de Europa, de la VI Cumbre de las Américas, que se hará el próximo fin de semana en Colombia, y de las obras de dragado en el río Uruguay.

«Hablaron mucho de política con diferencias y acuerdos», resumió un funcionario que estuvo presente en el encuentro. Luego, el secretario de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro, dijo que ambos mandatarios «se reunieron para tratar cosas normales entre presidentes». Y el viceministro de Economía de Uruguay se encargó de dar algunos detalles: indicó que los presidentes dieron luz verde para que los técnicos de ambos países estudien el intercambio comercial en monedas locales y que destraben sus diferencias comerciales mediante un mecanismo de «discriminación positiva» a las exportaciones uruguayas.

No se dieron mayores precisiones y tampoco hubo una solución concreta al tema, pero el gesto de Mujica de venir por unas horas a Buenos Aires fue suficiente para calmar la aguas inquietas en ambos países y dejar planteada su postura. Por un lado, el presidente de Uruguay ratificó la necesidad de equilibrar el flujo comercial entre Buenos Aires y Montevideo. Por otra parte, dejó un mensaje tranquilizador para la Argentina: «Uruguay no presentará quejas en la OMC porque los temas comerciales se deben resolver en el Mercosur», coincidieron varios de los presentes en el encuentro.

Para Cristina Kirchner, la visita de Mujica sirvió para atenuar las palabras que el fin de semana pasado enarboló el canciller uruguayo, Luis Almagro, que indicó que Uruguay «no está conforme» con la relación con la Argentina por el comportamiento «esquizofrénico» de sus relaciones comerciales. Se refería a los datos que hay en lo que va de 2012: las exportaciones uruguayas a la Argentina crecieron un 70% en enero, apenas un 1% en febrero y en marzo se mantuvieron iguales a las de 2011. Como resultado de este comportamiento desparejo, Uruguay registró el año pasado un déficit de 1410 millones de dólares en su intercambio con la Argentina, un 46 por ciento más que el rojo registrado en 2010.

No hizo falta que Mujica expusiera en detalle estas cifras y las dificultades que genera en el empresariado uruguayo las trabas a las importaciones y el uso de licencias no automáticas por parte de Buenos Aires.

Los sectores más perjudicados por las medidas argentinas en Uruguay son los vehículos y las autopartes, seguidos por el de maquinarias y aparatos electrónicos y la industria textil, ramas que destinan a la Argentina más del 16% de sus ventas. El encuentro no arrojó un acuerdo definitivo. Pero hubo un compromiso de Cristina Kirchner de analizar una solución conjunta con Paraguay y Brasil en el Mercosur y una promesa de Mujica de no trasladar las quejas a la OMC.

También se habló de la Cumbre de las Américas y la «inconveniencia» de que Cuba no haya sido convocada. Allí hubo plena coincidencia: tanto Cristina Kirchner como Mujica plantearán en Colombia que no irán a otra cumbre de presidentes americanos donde Cuba esté ausente.

La Política Online

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