Con los resultados de la primera vuelta ya puestos, el presidente perdedor Nicolas Sarkozy radicaliza su discurso aferrándose a una retórica anti-inmigración. Pero su rival y probable vencedor, el socialista François Hollande, reconociendo el escaso apego de su discurso de izquierda, lejos de diferenciarse busca los mismos votos de los ultra del partido de Marine Le Pen. En la Francia que viene, la libertad, la igualdad y la fraternidad parecen ser sólo para los “con-papeles”.
(Urgente24)
Con los resultados de la primera vuelta ya puestos, el presidente perdedor Nicolas Sarkozy radicaliza su discurso aferrándose a una retórica anti-inmigración. Pero su rival y probable vencedor, el socialista François Hollande, reconociendo el escaso apego de su discurso de izquierda, lejos de diferenciarse, busca los votos de los ultra del partido de Marine Le Pen. En la Francia que e viene, libertad, igualdad y fraternidad parecen ser sólo para los “con-papeles”.
El presidente galo y candidato conservador volvió a cargar sus tintas contra España al recordar que a esta, hace unos años, se la presentaba como “el milagro de Europa” mientras que ahora tiene “un 23% de paro”, una tasa netamente superior al dato de Francia, que ronda el 10% y ha culpado, entre otros factores, a la inmigración. “¿O es que alguien piensa que eso no erosiona el estado de bienestar de los europeos?”, se preguntó de manera retórica. Sarkozy ha asegurado que su país no puede “seguir recibiendo extranjeros”.
El aspirante a su relección señaló que quiere reducir a la mitad el número de foráneos llegados cada año y someter a “un examen de francés a toda persona que quiera venir a Francia” para garantizar que será capaz de integrarse.
Sarkozy, que cosechó un 27,18% de los votos en primera vuelta, por detrás del candidato socialista François Hollande (28,63%), aseguró en declaraciones a la televisión pública France 2 que la intención de su rival es “regularizar a todo el mundo”.
Además, el candidato de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) negó que la candidata de ultraderecha, Marine Le Pen, (17,9 %) vaya a ser “el árbitro de la segunda vuelta”, a pesar de haber logrado un resultado histórico para el Frente Nacional (FN) en la primera ronda, con casi el doble de votos respecto a los últimos comicios presidenciales.
El ascenso de Le Pen en Francia responde a “una forma de decir a los otros: ‘tened cuenta de nuestra situación’”, aseguraba el presidente francés. Se trata, según el análisis del candidato, de la consecuencia de “4años de crisis fenomenal”.
Sarkozy, como viene siendo habitual en campaña, volvió a comparar la situación de Francia con los países de la Unión Europea (UE) más afectados por la crisis y, en particular, se refirió al caso de la fronteriza España.