A pesar de liderar ampliamente entre los afroamericanos, los latinos y las mujeres, Barack Obama se muestra incapaz de quebrar el empate técnico con el virtual candidato republicano Mitt Romney y por eso decidió asumir un riesgo político inédito en la historia de USA. Los republicanos, por su parte, le recuerdan que lo importante es la economía.
Guerra de slogans en USA: «Yes We Can Again» (YWCA… tan parecido al YMCA…) vs «It´s the economy stupid!». «Podemos Nuevamente» vs. «Es la economía, estupido». A eso parece reducirse los primeros pasos de una campaña electoral que recién empieza.
Fue el vicepresidente Joe Biden quien avanzó la postura demócrata el pasado domingo (6/05) pronunciándose por primera vez a favor de los matrimonios gays. La intención era “testear las aguas”. La reacción no fue de escándalo.
Tres días mas tare, el miércoles (9/05) en una jugada calculada pero de resultados inciertos, Barack Obama se convertía en el primer presidente de USA en apoyar públicamente los matrimonios entre personas del mismo sexo, una revelación que en boca del primer mandatario mantiene el potencial para convertirse en la bomba electoral que Obama necesita… o que sufrirá.
«Para mí, a título personal, es importante decir que yo pienso que las parejas del mismo sexo deberían poder casarse», afirmó Obama durante una entrevista a la cadena de televisión ABC.
Tras meses de presunta ambigüedad sobre su posición ante este tema, Obama decidió apoyar los matrimonios entre personas del mismo sexo tras hablar «con amigos, miembros de mi familia, vecinos» y haber visto «miembros de mi equipo que tienen relaciones homosexuales monógamas muy consolidadas y que crían niños juntos». Pero a nadie puede escapársele que USA está en plena campaña electoral, con un candidato republicano Mitt Romney que -si bien aún no formalmente elegido- ya ha comenzado su campaña y con un claro perfil del que Obama querrá desmarcarse, entre algunos elementos, el moral-religioso obviamente incluido. Romney es mormón y debe responder (si logra seducir previamente) a la base conservadora del partido que aún le es un tato reticente.
La jugada de Obama es una que Romney no podrá igualar. Está forzado a oponérsele y por lo tanto a profundizar las diferencias en un país de por si muy polarizado.
Porque a pesar de estar liderando en varios sectores demográficos como los afroamericanos, los latinos y las mujeres, Obama no logra romper el empate técnico con Romney (ver notas relacionadas).
A fin de cuentas, Obama enfrenta una economía que no logra repuntar, especialmente lo que hace al mercado laboral. Como demuestran las siguientes encuestas, en temas -y no grupos demográficos- como por ejemplo el laboral, Obama la tiene complicada, para ser leves.
Quizás inhabilitado para tomar decisiones en áreas económicas o temeroso por cualquier medida que pueda resultar impopular o que tilde la balanza para uno de los 2 lados, Obama opta por sumar un nuevo colectivo demográfico a su caudal de votos y no atacar los problemas de base. Por lo menos no como herramienta electoral o en tiempos elecotrales. A Romney, Obama le quiere ganar por caracter.
(Urgente24)