El nuevo presidente de Paraguay, Federico Franco, presentó este miércoles a su nuevo equipo económico ante un grupo de senadores y diputados, integrantes de la las comisiones de Presupuesto y Hacienda, a quienes pidió colaboración para aprobar un paquete de endeudamiento de casi 500 millones de dólares, que el parlamento le había negado al destituido Fernando Lugo.
“Sin ayuda de los diputados y senadores, todo esto será estéril”, les dijo Franco a los legisladores que almorzaron con él en el quinto piso de la cámara de senadores. Los oyentes, todos a favor de la destitución de Lugo hace 5 días, le respondieron con un aplauso.
El discurso de Franco comenzó, una vez más, intentando despegarse de las críticas internacionales que hablan de un “golpe de Estado” en Paraguay.
“Hace uno días, como consecuencia de un mecanismo constitucional y legal, hubo un cambio de guardia en Paraguay”, se excusó.
Fue allí que pidió ayuda de los “mejores hombres y mujeres” y agradeció la presencia en el salón de representantes del partido Colorado, el UNACE de Lino Oviedo, el Demócrata Radical, y el Liberal Auténtico.
Lugo se refirió al nombramiento de algunos de sus flamantes ministros y finalmente pasó a la parte de los pedidos.
A la cartera de Agricultura se le ordenó «un censo y un catastro de tierras», dijo.
“Que bien le vendrían a Paraguay unos 3,5 billones de dólares”, dijo en referencia a lo que se comprometió a invertir la empresa Rio Tinto (planta Alumino), si consigue hacerse de las condiciones adecuadas para desembarcar en Paraguay.
Para que eso ocurra, la empresa intenta conseguir, entre otras cosas, exencines impositivas y tarifas subsidiadas, algo imposible sin la aprobación del parlamento.
Luego de su discurso, Franco le pasó la posta a su flamante ministro de Hacienda Manuel Ferreira, a quien introdujo como un hombre que “viene del sector privado” y que estará a “disposición plena” del Congreso.
Ferreira anunció un panorama desalentador para el cierre de las cuentas públicas paraguayas en 2012. En esa dirección llamó a terminar con la “desidia en la recaudación” y a “respetar las leyes”.
También habló de tomar medidas anticíclicas, aunque no las explicó ni dio plazos.
Sin más rodeos, retomó los pedidos de Franco. “Hay 480 millones de dólares que están en manos de ustedes”, dijo en referencia a los prestamos de organismos internacionales y bancos privados que podría recibir Paraguay si su parlamento lo aprobara.
Esos mismos 480 millones de dólares le fueron negados a Lugo.
“Necesitamos construir rutas, terminar proyectos como la Avenida Costanera y empezar otros como el metrobús”, se excusó el ministro.
También se refirió a la necesidad de impulsar una “ley marco” para ordenar la obra pública y habló de “cambiar la imagen del país” frente al mundo.
Allí no ocultó su deseo de “cambiar la calificación de la `deuda país´ de Paraguay” otorgada por las calificadoras internacionales que miden el riesgo de inversión en cada nación.
Hacia el fin de su intervención señaló que “hoy” Paraguay tiene “déficit cantado” y les dijo a los legisladores presentes: “no podemos hacer nada sin ustedes”.
El ministro también recibió como respuesta un aplauso, el último antes de que los allí reunidos pasaran a degustar, como entrada, una ensalada de hojas verdes y camarones.
Fuente: Télam