Por medio de Twitter, el cantante contó una anécdota en Madrid donde mató sin pudor a un hombre de la calle. Además, contestó insultos y llamó a pelear a a los irrespetuosos
El músico argentino Andrés Calamaro parece estar transitando un momento personal complejo que lo lleva a buscar peleas con desconocidos y hasta contar historias que bien podrían quedar en la intimidad de un diván. Es curioso y hasta revelador que un aparente diván esté siendo el modo de brillar de su expareja Julieta Cardinali, quien después de un largo amor con el cantante volvió a la televisión con En terapia.
Pero el hecho que revolucionó las redes sociales en la tarde de ayer fue la serie de tuiteos de Calamaro que decían: “No es un grato recuerdo, pero hace ya bastante años… en un altercado callejero… pues le quité la vida a un yonqui en Madrid. Malasaña y Chueca estaban tupidos de yonquis con jeringas colgando clavadas… Te encaraban si podían, o intentaban robarte en un cajero. Aunque filosóficamente es interesante, y no es nada del otro mundo, le quité la vida a alguien y tampoco estoy demasiado orgulloso de eso”.
Como al pasar, el autor de El salmón dijo que cometió un asesinato y a continuación comenzó su justificación de los hechos: “Los soldados, los mercenarios, los asesinos y los chorros en situaciones límites a veces se ven obligados a… Aquella vez fue puro instinto, yo quería defender a los que estaban conmigo. No hubo casi pelea, digamos que lo maté como a una rata. Ahora siento mucha piedad, incluso pena, por ese vagabundo adicto que dejé muerto en la calle. Aquello no fue ni una pelea a las trompadas, fueron empujones, patadas, reventarle la cabeza contra el cordón de la vereda. Ya no era rabia lo que sentía, con la mente en blanco trataba de sacarme un problema de encima, Madrid estaba tupida de yonquis”.
Y para sumar polémicas, el artista dejó de lado sus capacidades creativas para hacer papelones con su enojo hacia los que opinaban sobre sus comentarios diciendo: “Si los valerosos irrespetuosos de tweety no fueran asquerosamente cobardes, correrían el riesgo que se llevó la vida de aquel pobre tío. No podés ir por la vida de maleducado ni irrespetuoso, pero hacerlo escondido es despreciable… Demasiado cobarde para ser humano”.
Pero como ahora Calamaro es un hombre que vive para seguir los pasos de su pareja Micaela Breque, que baila en ShowMatch, donde quiere encontrarse con más de un enemigo, aclaró: “Ojalá algún día alguno de ustedes tenga la dignidad de decirme algo desagradable en la cara, peor si estoy con mi mujer… Ya lo deseo. Nunca me pasó, vivo caminando y todos los días mi pueblo me saluda con afecto, como amigos… más que educación y respeto. Sería como dar un paso adelante en la evolución humana, salir del irrespetroll. No puedo amenazar a nadie on line, ni tampoco tengo motivos, pero los invito a la calle y a la vida real”.
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