Los legisladores se reunieron a pesar que el Tribunal Constitucional confirmó la disolución de la Cámara. Los Hermanos Musulmanes se movilizan para apoyar Mursi.
El Parlamento egipcio celebró hoy su primera sesión desde la promulgación, el pasado domingo, del decreto del presidente Mohamed Mursi por el que se revocó su disolución, y que generó una puja de poder político e institucional en Egipto.
«Los invito a reunirse en cumplimiento del decreto del Presidente», declaró el titular de la Cámara, Saad al Katatni, ante los parlamentarios, al abrir la sesión con un discurso emitido en directo por la televisión estatal, según informó la agencia de noticias Europa Press.
«Me gustaría confirmar que el decreto presidencial no viola la orden del Tribunal», agregó Katatni, quien al igual que Mursi pertenece a los Hermanos Musulmanes, principal bloque parlamentario.
La referencia es a la resolución emitida ayer por el Tribunal Constitucional (TC) que revocó el decreto presidencial, fallo que Mursi desconoció anoche mismo.
Precisamente, los Hermanos Musulmanes convocaron a través de las redes sociales a manifestarse hoy en la histórica plaza Tahrir en la «Marcha del millón de hombres», para apoyar la decisión de Mursi de reabrir el Parlamento, según informa el diario Al Ahram.
El secretario general del movimiento islámico, Mahmoud Hussein, explicó que el objetivo de la movilización no es para apoyar a Mursi «per se», sino «su decisión de atender las demandas populares y de recuperar el Parlamento, uno de los logros de la revolución».
«La convocatoria es un llamamiento hecho por y para Hermanos Musulmanes con el fin de unirse a las masas que están felices con la noticia de la restauración de la Asamblea Popular (Cámara Baja)», dijo Hussein.
La Cámara había sido disuelta por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas -órgano que gobernó el país desde el derrocamiento del ex dictador Hosni Mubarak en febrero de 2011 hasta la reciente llegada al poder de Mursi- en cumplimiento de un fallo del TC.
El pasado 14 de junio (muy poco antes de las elecciones presidenciales), el TC anuló un tercio de los escaños de la Asamblea Popular argumentando irregularidades durante los comicios legislativos celebrados entre noviembre y enero últimos.
Frente a esta limitación de su poder, Mursi dictó un decreto el último domingo decretando la reinstalación del Legislativo. El TC se reunió ayer de urgencia y derogó dicho decreto, pero el presidente desconoció la resolución judicial durante la madrugada.
Los militares, en tanto, defendieron su decisión de disolver el Parlamento y el Ejército hizo saber anoche que se limitó a obedecer una sentencia dictada por el Tribunal Constitucional.
El hombre fuerte de los militares -que controlan más del 50% de la economía egipcia- es Mohamed Tantawi, quien conservó en el nuevo gobierno sus cargos de presidente del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, ministro de Defensa y Producción Militar y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas.
La Asamblea Popular, controlada por los islamistas y sus aliados, estará en funcionamiento hasta que se constituya un nuevo Parlamento mediante unos comicios que se deberán celebrar en los 60 días siguientes a la entrada en vigor de una nueva Constitución.
Sin embargo, hablar de ese tiempo en la crisis social y política que vive Egipto, por lo menos parece ser arriesgado. Sobre todo cuando el poder popular de Mursi está fragmentado por el poder fáctico de los militares.
Fuente e Imagen: Telam