Los diputados del camionero, el gobernador de Córdoba y el bonaerense se apartaron de la sesión que aprobó el traspaso de fondos del Banco Ciudad al Nación y el jefe del bloque K casi no logra quórum. El valor de los neuquinos. Los autos y aviones privados que evitaron un papelón.
Por Mauricio Cantando
La elección del 23 de octubre pareció haber dejado atrás los dos años en que la oposición dominó ambas Cámaras del Congreso y el kirchnerismo se veía imposibilitado de imponer un temario y bajar al recinto a aprobarlo a libro cerrado, como suele hacer.
Sin embargo, en los primeros cinco meses de sesiones ordinarias de este año el kirchnerismo trastabilló en el Senado con el pliego de Daniel Reposo para Procurador General (necesitaba los dos tercios) y el miércoles pasado, los diputados tuvieron el quórum justo y polémico (extendieron el horario para llegar) para sesionar y aprobar el proyecto que trasfiere al Banco Nación los depósitos judiciales del Ciudad.
Para enviar ese texto al Senado tuvo 128 votos positivos, uno menos que lo necesario para el quórum. Jorge Yoma votó en contra sentado en el bloque oficialista y Felipe Solá, quien parecía aliado en octubre, hizo lo propio junto a sus dos aliados incondicionales: Raúl Rivara y Roberto Mouillerón.
No fueron las únicas bajas que sufrió Rossi en una sesión pautada con un mes de antelación. Omar Plaini y Facundo Moyano confirmaron que Hugo Moyano también dañará al kirchnerismo en el Congreso.
Y los cordobeses Francisco Fortuna y Estela Garnero se fueron antes de la votación y ratificaron que José Manuel de la Sota plantó bandera en contra de la Casa Rosada. Demasiados problemas para Rossi.
Tiempos pasados
En diciembre el kirchnerismo logró aprobar un controvertido paquete de leyes, que incluyó prórrogas impositivas y la polémica expropiación de Papel Prensa, con un promedio de 140 votos, por lo que estos contratiempos ponen en un aprieto a Rossi.
El santafesino nunca se destacó por evitar fugas: durante el debate por las retenciones móviles, vio irse a 15 miembros de su bloque. Acorralado, el miércoles sólo logró sumar a Héctor Recalde, el abogado de Hugo Moyano e hijo del presidente de Aerolíneas Argentinas.
Pero no cumplió con todos sus compromisos: estuvo y votó a favor pero no garantizó la presencia del mendocino Juan Dante González, el sindicalista que supuestamente se había alejado de Moyano pero jamás pisó el recinto.
Desesperado, Rossi apeló a todos los recursos para sesionar, escolatdo por su vicejefa de bloque, Juliana Di Tullio. Envió autos para buscar a María Eugenia Zamarreño, la diputada cercana a Florencio Randazzo y a Dulce Granados, esposa del intendente de Ezeiza.
La gestión llegó a Gerardo Zamora, el gobernador de Santiago del Estero: estuvo a punto de mandar el avión oficial a Graciela Navarro y Cristian Oliva, pero finalmente no fue necesario.
Hubo ausencias esperadas como la de Carmen Nebrada (por enfermedad) y otras que llamaron la atención como la de la chaqueña Sandra Mendoza, siempre leal a la bancada. Osvaldo Elorriaga (Entre Ríos) y Rubén Rivarola (Jujuy) no serían un problema a futuro. Pero los números ya no son los que parecían. “Si salen tarde dos aviones, estamos fritos”, resumen en Diputados.
Ajustar las cuentas
El jefe del bloque K planteará estos temas en la reunión de bloque de la semana próxima, pero, en realidad, su tarea será ajustar las alianzas con bloques provinciales que hasta ahora en solo un resguardo.
Será una tarea difícil. Los tres diputados del Movimiento Popular Neuquino, hasta ahora fieles a las posiciones del bloque kirchnerista, podrían entrar el conflicto por la disputa del gobernador Jorge Sapag con la Nación por el atraso en el precio del gas en boca de pozo, por el que se liquidan regalías, anclado en un promedio de 2,5 dólares por millón de BTU.
El reclamo se trasladó al Congreso: el diputado José Brillo presentó un proyecto pidiendo elevar ese valor a 4,4 dólares en un año y a 9 en cinco. Sólo los planes federales de vivienda que restan concluir en Neuquén frenaron a Sapag de sumarse a esta pelea públicamente. Pero no necesita a hablar para golpear frenando alguna ley.
Otras dos aliados que no le fallaron al kirchnerismo fueron los pampeanos María Regazzoli y Roberto Robledo (referente de la UOCRA), quienes tiene un bloque propio y un vínculo con el senador Carlos Verna, de oscilante relación con la Casa Rosada.
Con tantos frentes abiertos, el jefe de bloque ni siquiera se planteó que hacer con Yoma, el riojano que pensó que tendría su lugar en 2009 y ahora no dudó en mostrar sus disidencias. “No podemos aceptar ser soldados rasos, levantar la mano en cada sesión y que él presente un dictamen en contra y sea presidente de una comisión”, resumió un diputado K a LPO. Echarlo sería sumar un problema más.