La fiscalía consideró que la enfermedad no está en una fase terminal y que puede tratarse en prisión. El juez tiene la última palabra. Para los familiares se trata de «um juego macabro».
La fiscalía del tribunal que analiza concederle la libertad condicional al etarra enfermo Josu Uribetxberría, se opuso hoy a su excarcelación por motivos humanitarios al considerar que el cáncer que padece no está aún en fase terminal.
Además, el procurador exige por primera vez a un enfermo de ETA que firme una declaración expresa de repudio a la violencia de la organización separatista y pida perdón a las víctimas.
El pronunciamiento de la Fiscalía de la Audiencia Nacional cierra las puertas a Uribetxeberria, aunque la última palabra la tiene el juez de vigilancia penitenciaria, José Luis de Castro.
La posición de la Fiscalía se sustenta en el informe presentado el viernes pasado por la forense del tribunal, Carmen Baena, quien indicó que el cáncer de riñon con metástasis cerebral y pulmonar que sufre Uribexteberría «no es terminal en la actualidad” y “puede ser tratado en prisión”.
Según el escrito presentado por el fiscal Pedro Rubira al magistrado, en el caso de Uribetxeberria no se cumple “en el momento actual los requisitos exgidos por la legislación”, informa la prensa española.
«En ninguno de los informes médicos que se aportaron se ha hecho constar, literalmente, que exista un peligro patente para la vida del enfermo», indica el fiscal, quien señala que Uribertxeberría no ha sido sometido a “radioterapia o quimioterapia”.
Este criterio choca con la opinión de los médicos del Hospital de Donostia (San Sebastián), donde está internado el etarra desde el 1 de agosto y de la prisión en la que cumplía condena, y que justificó la decisión del gobierno de Mariano Rajoy de concederle el llamado “tercer grado” que le da derecho a solicitar la libertad condicional.
En medio de un proceso que no parece tener fin, el pasado miércoles, debido al deterioro de su estado de salud, Uribetxeberria abandonó la huelga de hambre que llevó adelante durante 15 días para reclamar por su libertad y la de otros 13 presos etarras con enfermedades graves.
“Esto es un juego macabro, el proceso de excarcelación se dilata de manera constante y el tiempo de Josu se acorta. Las posibilidades de afrontar su enfermedad dignamente se reducen”, dijo a Télam Beñat Zarrabeitia, portavoz de Herrira, movimiento social de apoyo a los presos de ETA, tras conocer los informes.
Josu Uribetxeberria Bolinaga fue condenado a 32 años de cárcel por su participación en el secuestro del ex funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, quien tras 532 días -entre 1996 y 1997 – de un duro cautiverio en un zulo subterráneo, fue liberado por medio de un operativo policial.
El caso de Ortega Lara fue el secuestro más largo llevado a cabo por la organización separatista vasca ETA y las condiciones en las que los etarras habían mantenido a la víctima, reveladas tras su puesta en libertad, conmocionaron a la opinión pública.
Télam