Humberto combatió junto a Daniel, el actual presidente, en el Frente Sandinista. Hoy, la primera dama parece ser el foco de la discordia. La oposición celebra la ruptura
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Humberto Ortega Saavedra se convirtió en el blanco de oficialistas y opositores tras su discurso en un acto de conmemoración del XXV aniversario de los Acuerdos de Paz de Esquipulas II. Ese día criticó, por primera vez públicamente, a su hermano, el presidente de Nicaragua Daniel Ortega.
“Hay que exigirle a la clase política, por medio de diferentes medios de presión, que cumplan con la constitución, que respeten el Estado de Derecho y que respeten las libertades por las que fuimos a morir”, afirmó ante una audiencia que lo aplaudió ruidosamente.
El general retirado sabe de lo que habla cuando hace referencia a poner la vida en peligro. Junto con su ahora adversario participó del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), la fuerza política que sorprendió al mundo en 1979, cuando derrocó con las armas a una de las dictaduras más feroces de América Latina. Surgido en los años sesenta como fuerza de jóvenes guerrilleros, el Frente, como todavía lo llama la gente, perdió el poder en 1990.
Daniel Ortega pasó 17 años en la oposición y ganó en 2006 las elecciones con una oferta de trabajo y paz, un extraño discurso religioso y el apoyo de su aliado venezolano Hugo Chávez, que en los últimos cinco años le ha facilitado millones de dólares en petróleo y derivados. En todo este tiempo como presidente, Humberto – el único hermano vivo del actual presidente- cultivó el bajo perfil.
El diario nicaragüense La Prensa asegura que, aún siendo fundador del FSLN, nunca está en los escenarios y tampoco se lo vio en eventos familiares como las bodas de sus sobrinos o los bautizos de los nietos de la familia Ortega-Murillo. Justamente en esa unión marital estaría uno de los principales focos de disputa.
Rosario Murillo es la mujer más poderosa del país. El matrimonio Ortega toma todas las decisiones prácticamente a solas. La primera dama es caprichosa quienes se atreven a enfrentarla caen en desagracia y desaparecen del escenario político. Según el ex vicecanciller sandinista Víctor Tinoco, Ortega deposita tanto poder en Murillo porque confía cada día menos en sus colaboradores. La desconfianza hacia todos los han hecho formar una dupla de hierro.
El diputado opositor Alberto Lacayo, vicejefe de la Bancada Democrática, se mostró más que satisfecho con las declaraciones del hermano del presidente. Entendió que el discurso fue una reivindicación de la democracia y, por lo tanto, un golpe a la forma de ejercer el poder el actual mandatario, acusado de violar la constitución, manipular los fondos del Estado y cometer fraude para perpetuarse en el poder.
Infobae
