Tras su ventaja sobre el presidente Barack Obama en el debate de la semana pasada, el candidato republicano Mitt Romney logró el lunes ponerse por primera vez por delante en los sondeos. El republicano apuesta ahora a la política exterior para ganar puntos en esta última fase de la campaña.
Por: INFOnews
En un su discurso, Romney atacó a Obama por su «fracaso» en Cercano Oriente y reclamó un papel más activo para Estados Unidos en el desarrollo de los acontecimientos de la Primavera Árabe. Además, acusó al gobierno demócrata de haber actuado con torpeza ante los recientes ataques al consulado estadounidense en Libia y de haber fallado a la hora de apoyar a Israel para frenar el programa nuclear de Irán.
Desde el Instituto Militar de Virginia, en Lexinton, Romney aseguró que Obama «fracasó en el momento de ofrecer apoyo tangible a los socios» que Estados Unidos quiere y necesita cuando la Primavera Árabe se extendió.
Además, acusó al presidente de una «abrupta retirada» de Irak de toda la presencia de tropas estadounidenses, un acuerdo que en realidad fue sellado bajo la administración del ex presidente republicano George W. Bush.
El equipo de campaña de Obama rechazó sin embargo el discurso de Romney, del que consideran que mostró su inexperiencia y los continuos cambios de opinión en esa área.
El secretario de la campaña de prensa de Obama, Ben LaBolt, destacó además que Obama «terminó la guerra de Irak de forma responsable, diezmó a la cúpula de Al Qaeda y llevó a Bin Laden ante la justicia». «Mostró un apoyo férreo y sin precedentes al Estado de Israel y logró las mayores sanciones de la historia sobre Irán», agregó.
Lo cierto es que durante la campaña, Romney cometió algunos errores garrafales en cuestiones de política exterior. Durante un viaje en el que supuestamente intentaba ganar puntos en ese ámbito, provocó al gobierno británico al sugerir que el país no estaba suficientemente preparado para acoger los Juegos Olímpicos del pasado verano. Y en su estancia en Israel apuntó de forma tácita que los palestinos eran culturamente inferiores a los israelíes debido a la pobreza.
A menos de un mes de las elecciones del 6 de noviembre, Romney avanzó en las encuestas gracias a su actuación en el primer debate contra Obama, el pasado miércoles. Según el Centro de Investigación Pew, Romney cuenta con un 49 por ciento de los respaldos, mientras que el presidente Obama sería apoyado por un 45 por ciento de los
votantes.
En su discurso de política exterior, Romney puso en evidencia el fracaso del presidente en su objetivo de lograr «un Estado palestino próspero que viva en paz y con seguridad junto al Estado judío de Israel». En mayo, en un evento privado con donantes, Romney aseguró sin embargo que los palestinos «no tienen ningún interés en lograr la paz».
Respecto a Libia y las protestas antiestadounidenses en el mundo musulmán, Romney aseguró que las políticas de Obama fallaron en el intento de evitar esa ira. «Está claro que el riesgo de conflicto en la región es mayor ahora que cuando el presidente asumió el cargo», apuntó Romney.
El candidato republicano aseguró que, de ser elegido, aumentaría la presencia militar en la región del Golfo y el Mediterráneo y expandiría la defensa antimisiles.
«En Siria, trabajaré con nuestros socios para identificar y organizar a esos miembros de la oposición que comparten nuestros valores y asegurar que obtienen las armas que necesitan para vencer a los tanques, helicópteros y aviones de combate de Al Assad», afirmó también Romney.
Así, el republicano va un paso más allá de la administración Obama, que hasta ahora mantuvo su postura de dar ayuda no letal a los rebeldes, apuntando el peligro de abastecer militarmente a quienes podrían ser miembros de Al Qaeda.
Finalmente, para impedir que Irán desarrolle armamento nuclear, Romney aseguró que impondría una nueva ronda de sanciones sobre el régimen de los Ayatolás. Pero en marcha está ya una serie de sanciones sin precedentes que ha hecho perder entre el 75 y el 80 por ciento del valor de la moneda de Irán el pasado año, algo que ya ha provocado las primeras protestas entre el pueblo iraní.