A comienzos de mayo, la Presidente de la Nación anunció lo que Urgente24 llamó «Tardías medidas de estímulo a la siembra de trigo», y todo indica que fue una apreciación correcta: los certificados de Estímulo a la Producción Agropecuaria no movieron el amperímetro de ese cultivo: la siembra en la campaña 2013 es igual a la de la campaña 2012.
La ingenieria agrónoma Susana Merlo escribió en su newsletter Campo 2.0: «(…) La incertidumbre no es buena consejera para la actividad agropecuaria y lo peor es que no solo será creciente en los próximos meses, sino que se está produciendo exactamente cuando los productores deben encarar la siembra de la campaña, que ya arrancó (mal) con el trigo, y continuará en los próximos meses con los granos gruesos (sorgo, soja, maíz y girasol).»
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). El ministro de Agricultura, Norberto Gustavo Yahuar, le había propuesto a la Presidente de la Nación, y ella anunció el Certificado de Estímulo a la Producción Agropecuaria Argentina, un programa para motivar a los productores trigueros en un momento clave del cultivo de invierno.
Yahuar convenció a Cristina Fernández de Kirchner que, si bien los cálculos más optimistas prevén un área sembrada de entre 3 y 3,4 millones de hectáreas, podían incrementarla hasta 4,2 millones, y que la producción superase las 7 millones de toneladas anuales.
Siempre la voluntad por delante de la razón, Cristina se entusiasmó, y lo anunció desde la Casa Rosada.
Cristina Fernández de Kirchner anunció que a partir de la creación del Certificado de Estímulo a la Producción Agropecuaria Argentina (CePAgA), “todos los derechos de exportación que se cobren sobre la producción triguera van a ir a un fondo fiduciario que administrará Nación Fideicomiso junto con un Consejo que integrarán representantes de todos los sectores productivos involucrados».
Mediante esa medida, ella explicó, los fondos que hayan sido retenidos ya no irán a la caja del Estado sino que “se van a distribuir entre todos los productores de trigo” en forma proporcional a su volumen de producción.
“Significa un gran esfuerzo para el Estado, porque si fijamos una producción de 16,5 millones de toneladas de trigo, serían casi US$ 500 millones que va a dejar de percibir el Estado y le va a ser reintegrado a los productores”, dijo Cristina, con letra de Yahuar.
De inmediato, abundaron las advertencias que no funcionaría.
«Es más de lo mismo. No soluciona el problema del productor del sudoeste bonaerense», comentó Luis Ángel Álvarez, de la AGA (Asociación de Ganaderos y Agricultores de Bahía Blanca).
«Ya pasamos por otros anuncios en sentidos semejantes, como el trigo plus, el maíz plus, la lluvia de gasoil, la normalización de la cuota Hilton, la compensación, la devolución del IVA, etcétera», agregó.
Y concluyó: «El productor ya no cree, y tiene razones para hacerlo. Si queremos que siembren, lo que hay que hacer es bajar las retenciones a un nivel rentable y abrir el mercado».
«La gente no le cree al gobierno. Ese es el verdadero problema», dijo en ese momento Marcos Rebolini, presidente de la Sociedad Rural de Coronel Suárez.
Imposible no recordar ahora todo aquello al leer el despacho de la web rosariano ON24:
«El trigo está en la última vuelta de siembra y no se vislumbran factores que puedan cambiar las decisiones sobre la superficie del cereal. Los altos valores de los rindes de indiferencia sumados a la baja disponibilidad de semilla frenaron que nuevos lotes se sumen a la intencionalidad triguera. El área quedaría como el año pasado a pesar de las buenas condiciones de humedad de los suelos que aseguran pasar el invierno sin limitantes hídricas.
Nada parece contradecir que estamos en la última semana de siembra a pesar de que habría aún tiempo antes de que se cierre la ventana de siembra. En esta semana no han aparecido nuevas decisiones de implantación y parece estar definida la superficie de la campaña fina. Al principio de la campaña se esperaba un crecimiento del área triguera, más aun considerando que esta vez la cebada quedaba fuera como opción de reemplazo. Sin embargo el trigo cubriría en la ‘región núcleo’ entre 600 y 700 mil hectáreas, nivel similar al del año pasado.
El panorama climático sigue siendo alentador con perfiles cargados y, si bien no hubo lluvias semanales, se prevé que el frío aparezca nuevamente y que el frente provoque precipitaciones en el orden de los 10 y 20 mm. Las tareas de siembra han marchado exitosamente en la región núcleo y las condiciones favorecen la implantación de los cultivos de invierno.
Los primeros lotes sembrados con trigo empiezan a mostrar la primera hoja extendida, y no han sido detectados problemas de emergencia pese a los problemas, ya por todos conocidos, respecto a la disponibilidad de semilla de calidad en la región. Los primeros recuentos de plantas obtenidas están dando entre 240 y 290 plantas por metro cuadrado. Las condiciones de los trigales son muy buenas y no se registran problemas por plagas o malezas. (…)».
Es decir que todo estaba dado para una gran campaña triguera. En especial cuando hay tanto faltante de harina de trigo, alentando una suba especulativa en el precio del pan.
Deberá recordarse que, en los primeros 6 meses del año la bolsa de 50 kilos de harina subió más del 200%m y pasó de los $ 90 a $ 280. Los panaderos iniciaron gestiones a través de la Federación Argentina de la Industria del Pan, para intentar frenar el incremento del precio del insumo básico para la elaboración de sus productos.
La ingenieria agrónoma Susana Merlo escribió en su newsletter Campo 2.0:
«(…) La incertidumbre no es buena consejera para la actividad agropecuaria y lo peor es que no solo será creciente en los próximos meses, sino que se está produciendo exactamente cuando los productores deben encarar la siembra de la campaña, que ya arrancó (mal) con el trigo, y continuará en los próximos meses con los granos gruesos (sorgo, soja, maíz y girasol).
Alta inestabilidad, futuro muy aleatorio y, para colmo, “riesgo/funcionario”, constituyen un combo demasiado negativo para una actividad que viene golpeada por distintas cuestiones, y serán, finalmente, los que determinen que tampoco esta campaña agrícola constituirá el “despegue” que, no solo necesitan los productores para compensar pérdidas anteriores, sino también el Gobierno que en 2014 (cuando se venda la cosecha), deberá afrontar un escenario aún con mayores estrecheces que las actuales.»
El diputado nacional FAP por Santa Fe y dirigente de la Federación Agraria Argentina, Omar Barchetta, sostuvo que esta situación se produjo porque «hoy hay un faltante de trigo de casi 3 millones de toneladas: en la última cosecha se esperaban 12 millones de toneladas, se cosecharon 9 millones y se vendieron 6 millones al exterior. Por eso no se llegó a cubrir la demanda interna y hoy nos encontramos en un cuello de botella muy complicado. Esto quiere decir que no hay una política del Gobierno para incentivar que este año la gente siembre mucho más de lo que sembró el año pasado. Pero no hay una perspectiva de siembra muy importante porque el día en que recuperemos los stocks, el trigo no va a valer. En la actualidad, no hay una gran cantidad de hectáreas sembradas para asegurar que se va a resolver el problema para el año que viene».
Días antes, la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa había expresado: «Las erróneas políticas trigueras del Gobierno han hecho perder al país, a los productores y a los consumidores tanto dinero como la seguridad del pan en la mesa, sin que ningún funcionario se haga responsable por ello», dijeron desde la entidad. «Sabemos claramente que esto no hubiera sido posible sin la inestimable colaboración del Señor Gobernador de la provincia de Buenos Aires –donde se cultiva el 60 % del trigo- y de su Ministro de Asuntos Agrarios Gustavo Arrieta, quienes nada han hecho para impedir esta situación».
Fuente: www.urgente24.com