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Insólita prisión preventiva para Mursi, quien permanece secuestrado

El presidente depuesto es acusado de perpetrar «acciones enemigas contra el país». Sin embargo, la Justicia no ordenó regularizar su detención ni reveló dónde está detenido. Nuevas protestas.

La justicia egipcia ordenó hoy prisión preventiva durante quince días para el depuesto presidente Mohamed Mursi, pese a que el gobierno de facto se niega a revelar dónde lo tienen secuestrado desde el golpe de Estado perpetrado el pasado 3 de julio.

El juez Hasan Samir, del Tribunal de Apelación de la capital, acusó a Mursi de contactar al grupo palestino Hamas para perpetrar «acciones enemigas contra el país» y el asalto a una cárcel, informó la agencia de noticias estatal Mena.

El juez que interrogó a Mursi no ordenó blanquear su situación

Desde el golpe cívico-militar Mursi se halla con paradero desconocido, supuestamente en manos del Ejército, lo que hace aún más incomprensible que el juez que lo interrogó no haya ordenado que se regularice su situación de detención.

Algo similar sucedió con la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, quien pidió hoy que el proceso contra Mursi sea «transparente» pero sin hacer mención al secuestro que sufre el destituido presidente constitucional egipcio.

Desde que Mursi fue detenido, Pillay había solicitado a las actuales autoridades egipcias que lo liberaran o lo acusaran formalmente de algún cargo para poder ser juzgado conforme a las normas internacionales.

Tras conocer la noticia, el portavoz de Pillay, Rupert Colville, solicitó a las fuerzas de seguridad que «no apliquen un uso excesivo de la fuerza» y que «respeten en todo momento los derechos fundamentales de los manifestantes».

El pedido guarda relación a la gran cantidad de órdenes de arresto contra dirigentes de los Hermanos Musulmanes (movimiento al que pertenece Mursi), entre ellos su guía espiritual, Mohamed Badía, por su supuesta implicación en actos de violencia.

Acusaciones múltiples

Aparte de estar acusado de colaborar con Hamas, Mursi es sospechoso de haber atacado instalaciones de las fuerzas de seguridad, y del asalto e incendio de la prisión de Wadi Natrun, al norte de El Cairo.

También lo acusan de estar implicado en el asesinato de algunos presos y oficiales de la policía, así como del secuestro de responsables de seguridad, aunque no se dieron a conocer esas pruebas para conocer lo fidedigno de las mismas.

Otros cargos que se le imputan son haberse fugado de la cárcel de Wadi Natrún, de facilitar la huida de otros reclusos, de destruir documentos del presidio y de asaltar comisarías, informó la agencia de noticias EFE.

«Todo lo publicado en los medios egipcios es totalmente incorrecto y falso»
Ismail Haniyeh, Hamas

Mursi estuvo recluido en Wadi Natrun durante la revolución que derrocó el régimen de Hosni Mubarak entre enero y febrero de 2011, pero logró escapar a los dos días de su detención gracias al caos que reinaba en los presidios tras la desbandada de los guardianes.

El pasado 4 de julio, la justicia emitió una orden para prohibir la salida del país a Mursi por supuestamente haber insultado al poder judicial junto a otros ocho dirigentes de los Hermanos Musulmanes.

Hace tres días, el jefe del Gobierno islamista palestino de Hamas en Gaza, Ismail Haniyeh, negó toda implicación de su movimiento en Egipto y pidió a los medios de comunicación de este país que dejen de publicar acusaciones «falsas».

«Todo lo publicado en los medios egipcios de que Hamas interviene en los asuntos de Egipto es totalmente incorrecto y falso. No hay pruebas para esos rumores», dijo Haniyeh.

Otra vez en las calles

Grupos opositores y afines al derrocado presidente Mohamed Mursi comenzaron a manifestarse hoy en marchas separadas para apoyar las políticas del gobierno de facto, y para pedir el retorno al poder del islamista respectivamente, luego de que el Ejército amenazara con cambiar de estrategia para erradicar la violencia.

Los grupos anti islamistas se reunieron en la plaza Tahrir convocados por el jefe del Ejército y ministro de Defensa, Abdel Fatah al Sisi, quien lideró el golpe de Estado que el 3 de julio derrocó a Mursi, luego de multitudinarias protestas.

La emblemática plaza amaneció rodeada por tanques del ejército y carteles a favor de Al Sisi, mientras que voluntarios desplegaron un operativo de control para identificar a los participantes, informó la agencia de noticias DPA.

El miércoles último, el jefe del Ejército convocó a los egipcios a tomar las calles para apoyar a las fuerzas del orden en las medidas para acabar con la violencia.

Analistas políticos, suponen que planean una posible operación contra la Hermandad Musulmana, acusada por el gobierno de facto de incitar al caos.

En tanto, esa agrupación a la que pertenece Mursi denunció que Al Sisi está llamando a «una guerra civil» y junto a otros grupos islamistas, convocaron para hoy a una protesta y prometieron que las manifestaciones continuarán hasta que le restituyan el poder a Mursi.

La denuncia de la Hermandad se da luego de que el Ejército diera ayer un ultimátum a los islamistas para que se sumen a las «filas nacionales» o enfrenten las decisiones de las autoridades de facto.

Sin embargo, la agrupación de Mursi insiste en que las protestas son pacíficas y denuncian que el propio Ejército y la policía son quienes violentan las manifestaciones mediante infiltrados que concurren a alborotar.

Los islamistas se reúnen hoy en la zona de la mezquita de Rabaa al Adaweya, en el noreste de El Cairo, donde desde hace semanas acampan quienes protestan contra el golpe de Estado al presidente elegido en elecciones libres hace un año.

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