En la madrugada egipcia de este lunes 20/08, la televisión estatal anunció la detención de Mohamed Badie, líder de la Hermandad Musulmana. Horas antes, el artífice del golpe de Estado del 03/07, general Abdel Fatá al Sisi, había dicho en un discurso que no toleraría más desafíos islamistas que lleven a “la destrucción del país”, dejando en claro que sus tropas han tomado el control de El Cairo y otros centros de población. Sin embargo, las milicias radicales permanecen en el Sinaí, donde una mezcla de pobreza y olvido del gobierno han creado el caldo de cultivo idóneo para una insurgencia armada que ahora ve el momento idóneo para pasar a la ofensiva.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Muhammad Badie nació en la ciudad industrial de Mahalla al-Kubra el 7 de agosto de 1943. Se licenció en medicina veterinaria en El Cairo en 1965. El mismo año, fue detenido por primera vez por su actividad política en la Hermandad Musulmana, durante una redada a nivel nacional de activistas. Fue condenado a 15 años de prisión por un tribunal militar.
Él es el 8vo. Guía General (presidente) de los Hermanos Musulmanes de Egipto. Ha dirigido la rama egipcia de la Organización Islámica Internacional desde 2010. Antes de convertirse en guía general, Badi’e había sido miembro del consejo de gobierno del grupo, la Oficina de Orientación, desde 1996.
Badi’e fue profesor de patología en la escuela de veterinaria de la Universidad de Beni Suef.
Se anunció que Badie fue detenido el 04/07, 1 día después del golpe de Estado que derrocó al hasta entonces presidente de su país, militante de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Morsi. Pero apareció al día siguiente entre sus seguidores durante el rezo en El Cairo.
Pasada la medianoche del domingo 19/08, las fuerzas de seguridad egipcias han cazado en un apartamento de El Cairo a la pieza clave de los Hermanos Musulmanes, el guía supremo Mohamed Badía. Prófugo de la justicia desde el derrocamiento de Mohamed Mursi el 03/07, el máximo cabecilla del movimiento islamista más influyente del siglo XX ha sido detenido este martes cerca de la destruida mezquita de Rabea al Adauiya, epicentro de la acampada disuelta brutalmente el pasado miércoles con cientos de fallecidos.
Las primeras imágenes difundidas por el diario estatal Al Ahram de los instantes posteriores al arresto muestran al líder de 70 años vestido con galabiya (túnica) blanca, visiblemente desmejorado y escoltado por dos agentes enfundados en chalecos antibalas en el interior de lo que parece ser un furgón policial. Según el Ministerio del Interior, Badía fue detenido después de que los servicios de seguridad localizaran su guarida en un apartamento del distrito de Medinat Naser, en el norte de la capital.
La televisión privada ONTV ha divulgado además un breve fragmento de vídeo en el que el gerifalte aparece sentado en un sofá en un lugar no identificado. Un agente armado con un rifle aparece de pie junto a él. Este lunes la Hermandad, con 85 años de historia y curtida en la persecución judicial y la prisión, ha denunciado que al menos 400 dirigentes han sido detenidos en los últimos días. La represión policial se ha cobrado la vida desde el miércoles de cerca de un millar de personas. Más de 70 agentes han muerto.
Con varias causas abiertas en los tribunales por incitar presuntamente el odio y la muerte de manifestantes, Badía se enfrenta a un largo calvario judicial. Hasta ahora, pertenecía al cada vez más reducido núcleo duro que había escapado a la cárcel refugiándose entre los miles de simpatizantes que durante semanas acamparon en los aledaños de la mezquita de Rabea al Adauiya. El máximo dirigente de la cofradía conoce ya su primera cita con la justicia.
El Tribunal de Apelación fijó a principios de mes para el próximo 25 agosto el inicio del juicio contra Badía y otros líderes del grupo por presuntamente planificar, incitar y ayudar en el asesinato de manifestantes a las puertas del cuartel general del grupo, en el barrio cairota de Muqatam, durante los disturbios del pasado 30 de junio y en vísperas del golpe de Estado.
Sobre Badía pesan varias órdenes de arresto emitidas por los tribunales por los distintos episodios de violencia que se sucedieron tras el derrocamiento de Mursi. En un guiño macabro del destino, el 25 de agosto también se reanuda el proceso contra Hosni Mubarak por la muerte de manifestantes durante las revueltas de 2011 que forzaron su salida.
Sinaí
La mayor parte del país se encuentra bajo control militar. Pero cuando los insurgentes islamistas respondieron a las cargas militares contra las protestas de los Hermanos Musulmanes lo hicieron, como era de esperar, en el Sinaí.
En esa península en el este de Egipto, que se ha convertido en un territorio sin ley ni seguridad, los grupos radicales campan a sus anchas, atentando contra las fuerzas armadas y la policía, lanzando cohetes a Israel y secuestrando a los ciudadanos extranjeros que allí se aventuran.
En la madrugada del lunes 20/08, detuvieron con granadas a 2 ómnibus que transportaban a agentes. Luego amordazaron y ejecutaron a varios de los policías, según información del ministerio del Interior. En total murieron 24 personas, en lo que es el peor ataque en la zona en años.
“Éste es el castigo a los opresores”, escribieron los islamistas en la pared de la comisaría cercana. A un soldado le habían abierto la yugular, según un recuento efectuado posteriormente por las fuerzas de seguridad.
En los pasados días los analistas de inteligencia han detectado un notable incremento de las llamadas de Al Qaeda a la acción en Egipto desde sus medios de comunicación habitual, los foros yihadistas de Internet.
“La movilización de un frente yihadista en Egipto le sirve a la agenda reciente de Al Qaeda de explotar conflictos locales recientes para avanzar sus planes de iniciar una revolución liderada por los propios yihadistas en toda la región”, asegura en un reciente análisis el grupo de inteligencia SITE, con sede en USA.
Tras el golpe de Estado en Egipto, el nuevo líder de Al Qaeda, el egipcio Ayman al Zawahiri, criticó a los Hermanos Musulmanes por haber intentado gobernar desde la democracia, sin imponer por la fuerza la sharia o ley islámica.
En agosto, durante la presidencia del depuesto Mohamed Morsi, el ejército lanzó una gran ofensiva para acabar con las milicias islamistas, muchas libremente afiliadas a Al Qaeda, que operan en el Sinaí.
El general Al Sisi tomó su puesto como ministro de Defensa y comandante de las fuerzas armadas justo entonces, en una supuesta y fallida regeneración de la cúpula militar por parte del gobierno de los Hermanos Musulmanes.
La operación en el Sinaí ha sido un fracaso, dados los constantes ataques de las milicias, que el jueves mataron ya a siete soldados en la localidad de Al Arish y este lunes volvieron a atacar con el atentado de las 24 víctimas, en Rafá, en la frontera con la franja de Gaza.
Muerte terrible
El Departamento de Estado de USA ha expresado su preocupación por la muerte este domingo 19/08 de 37 presos partidarios de Mohamed Mursi mientras eran custodiados por la policía egipcia. Y además, ha dejado claro que no cree que el grupo los Hermanos Musulmanes deba ser prohibido, como se ha planteado el gobierno en los últimos días.
«Estamos profundamente preocupados por las sospechosas muertes de los detenidos partidarios de los Hermanos Musulmanes en un supuesto intento de fuga cerca de El Cairo», ha dicho la portavoz Jen Psaki a los periodistas, refiriéndose a los islamistas que murieron en circunstancias controvertidas cuando eran traslados junto a otros 574 presos a una cárcel al norte de El Cairo.
No sólo USA ha mostrado su preocupación por lo ocurrido. Abogados egipcios han pedido este mismo lunes 20/08 una investigación internacional que aclare estas muertes. Las fotos proporcionadas por los abogados muestran a algunos de los fallecidos con los rostros y extremidades quemadas y otros con moratones, lo que para ellos son muestras de tortura. Los detalles del incidente no están muy claros, según los denunciantes.
Sin embargo, la fiscalía egipcia ha asegurado que, según sus investigaciones, la muerte de los detenidos se produjo por la asfixia causada por la inhalación de gases lacrimógenos.
Según la agencia estatal de noticias Mena, las investigaciones que realizó la fiscalía de Al Janka, en el norte de El Cairo, revelaron que 612 detenidos, supuestamente miembros de los Hermanos Musulmanes, eran trasladados a la cárcel cuando se produjo un motín entre los presos cuando entraban en la prisión de Abu Zabal.
Egipto está sumido en una ola de violencia que ha dejado ya más de 900 muertos desde el pasado miércoles, cuando la Policía desalojó dos acampadas en El Cairo de manifestantes islamistas que reclaman el regreso al poder de Mohamed Mursi, depuesto el pasado 3 de julio por un golpe militar.
Ante esta espiral de violencia, el secretario de Defensa de USA, Chuck Hagel, ha asegurado también este lunes que la influencia de Washington en Egipto es «limitada», aunque ha insistido en que tienen tratos con todas las partes para lograr «el fin de la violencia».
«Es un problema muy complicado. Continuamos trabajando con todas las partes para intentar ayudar, tanto como podemos, para facilitar la reconciliación y poner fin a la violencia», ha afirmado Hagel en rueda de prensa conjunta en el Pentágono con su homólogo chino, el general Chang Wanquan.
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