El anunciado puente entre Buenos Aires y Colonia no se construirá por el momento. La Cancillería desactivará la parte argentina de la comisión binacional del puente, Cobaico, que desde hace más de siete años funciona sin control administrativo.
El tan anunciado puente entre Buenos Aires y Colonia, por ahora, no se construirá. Según fuentes oficiales y una nota del diario El Observador, basada en fuentes de la cancillería argentina, después de varios años de inacción la cartera que conduce Héctor Timerman desactivará la parte argentina de la comisión binacional del puente Buenos Aires-Colonia (Cobaico), que desde hace más de siete años funciona sin control administrativo ni tareas redituables.
El presidente de Cobaico, José Luis Mignini, fue instruido para desactivar el ente antes del 31 de enero. Esto significa que Mignini deberá llevar a cabo el cierre de las oficinas (ubicadas en Leandro N. Alem 449); la finalización de todos los contratos laborales de los empleados que allí trabajan; la anulación de todas las cuentas bancarias relacionadas a la comisión; y el traslado de bienes, equipamiento y archivo documental a la sede de la cancillería, donde un funcionario quedará a cargo de ellos.
A pesar de que la delegación uruguaya había sido disuelta por Tabaré Vázquez en 2005, a pocos meses de asumir la presidencia, la comisión argentina seguía funcionando, sin tareas ni objetivos claros, con un presupuesto anual asignado y un plantel de empleados que percibían un salario fijo.
De acuerdo a cifras que maneja El Observador, Argentina desembolsó “solo en sueldos de empleados cerca de US$ 12.300.000”. Si bien no lo explicita, esa cifra sería en 18 años, que es el tiempo que la comisión funcionó, con el objetivo de explorar las posibilidades de construir, sobre el río de la Plata, el cuarto puente entre Argentina y Uruguay.
También dice que el Estado argentino gastó, entre 1993 y 2002, US$ 20.000.000 en el funcionamiento de la comisión, por más que no logró ningún avance en la construcción de este puente, que hubiese significado un claro aumento en el tránsito entre ambas naciones y a la vez un duro golpe a las empresas de transporte de pasajeros, básicamente las marítimas y las terrestres.
Fuente: lapoliticaonline