La conductora de América tiene un ciclo desparejo este año, debido a que pasa de almuerzos idílicos a verdaderas controversias en cámara.
Mirtha Legrand no está tan cómoda como desearía en su regreso a los almuerzos de América, en parte debido a las desprolijidades de la producción, comandada por su nieto Ignacio Viale. Lo que es más, la anfitriona se despachó en cámara este domingo por los «baches» sufridos durante un bloque de auspiciantes.
«¿Me alcanza, mi señora querida? ¿Saben cómo se llama esto? Bache», expresó Legrand, quien ya había usado su espacio en los domingos de América para protestar por las cuestiones que la ennervan. En esta oportunidad, la conductora se quejó porque alguien había extraviado las tarjetas para que hablara sobre las marcas auspiciantes.
«No encontramos la tarjeta, le mando un saludo a don Ricardo Colombraro, que se debe estar tomando un vermucito en la esquina», ironizó Legrand mientras piloteaba la situación. «Estamos un poquito desorganizado, ¿por qué será? Debe andar un duendecillo por acá», expresó la anfitriona antes de quejarse abiertamente de su producción.
«A mí me desorienta esto, están hablando muy fuerte ahí», se sinceró la conductora al señalar el auricular en su oído. «¿Qué vamos a hacer? No tenemos las tarjetas. Vamos a salir en todos los programas. Que vergüenza. Hay que sortear esta situación», protestó antes de promocionar un perfume de mujer.
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