El Gobierno nacional se lanza sobre los medios de comunicación no adictos –especialmente el Grupo Clarín- después del fallo de la Corte Suprema de Justicia que declaró la constitucionalidad de la Ley de Medios. La embestida se presenta como una ofensiva sobre las empresas periodísticas, pero al final se trata de las audiencias y de sus preferencias. El kirchnerismo sigue convencido de que los burócratas digitan las decisiones de lo que la gente quiere ver, aunque contradictoriamente termine ejerciendo en los hechos ese pensamiento con su entramado mediático hegemónico.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- El Gobierno va por el público, ya no son lo medios de comunicación, o son los medios pero como paso intermedio nada más que para captar a las audiencias que son esquivas a los canales de TV y radios que en estos 10 años creó y mantiene con ingentes recursos públicos y que nadie mira.
El fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que declaró esta semana la constitucionalidad de la Ley de Medios, fue leída por el Gobierno como un cheque en blanco para ir mucho más allá del desmembramiento de un grupo mediático. Quiere también el control de las audiencias. Por eso la importancia de Cablevisión y por eso en las últimas semanas antes de su intervención quirúrgica, Cristina Fernández contrastó la topografía de la grilla de la empresa del Grupo Clarín con la de DirecTV. Pero al kirchnerismo no le alcanzaría con ‘democratizar’ Cablevisión a imagen y semejanza de DirecTV (que Cristina presenta como una empresa popular) incluyendo las intrascendentes señales K.
Quizás algo de eso deslizó este miércoles 30/12 Horacio Verbitsky en Página/12, advirtiendo al mundo K que se necesita otro tipo de adecuación, ya no solo la empresarial: “Cuando la ley audiovisual rija para todos, el Grupo Clarín seguirá siendo hegemónico y mucho más poderoso que todos sus competidores, con diario, agencia, fábrica de papel, canal de aire o sistema de distribución por cable y canal de noticias, con la misma capacidad y libertad de informar, opinar y distorsionar que hoy tiene. Si se atiende a sus propias afirmaciones durante el juicio, la concentración que ha conseguido en sus siete décadas no excede del 40 por ciento del mercado audiovisual. Una ley moderada, modesta, sólo le exige que retroceda al 35 por ciento”.
Tras la crisis del campo, donde se ubica el rompimiento de Néstor Kirchner con el Grupo Clarín, fue la cobertura de la señal de noticias TN sobre la protesta agropecuaria lo que gatilló el deseo del ex presidente de tomarse revancha del multimedios a la par que iba desarrollando un amplio conglomerado de medios adictos sustentados por la publicidad oficial que nunca lograron el acompañamiento masivo de la gente.
El kirchnerismo sustenta la idea de que son los burócratas de las corporaciones mediáticas los que digitan lo que el público debe saber, interesarle y pensar. Hay casos ejemplificadotes de lo contrario y que ya hemos reflejado en Urgente24 durante estos años, por citar un solo caso ocurrió con Radio 10, la más escuchada del país que después del arribo de Cristóbal López y sus cambios, generó que su competidora del Grupo Clarín, radio Mitre, se convirtiera en la líder de encendido en la mañana. En suma, el kirchnerismo practica la acusación que hace a los grandes medios de comunicación, la de manipular a un público que cree sin voluntad, y no darle otras opciones. Por eso, la lucha es, al final por los televidentes y los oyentes.
El problema para el Gobierno no son ya los medios de comunicación, sino el público que se resiste a consumir a sus medios sustentados por la caja estatal.
Por último, Página/12 entrevista a Glenn Postolski, (Director de la carrera de Comunicación Social de la UBA) que también sustenta esta tendencia de ir por los televidentes al reconocer la necesidad de “formar otra audiencia”: “Hay todo un camino por recorrer donde se van a generar nuevos nichos, nuevas audiencias, sujetos particulares vinculados por ejemplo a la vida gremial de los trabajadores. Creo que en ese recorrido se van a poder garantizar contenidos diferentes y proyectos políticos comunicacionales sustentables en el tiempo”.
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