Se estima que los productores retienen granos equivalentes a 6.300 millones de dólares, una cifra que haría repuntar las debilitadas reservas. «La tendencia en el precio de liquidación de soja es decreciente, no especulen», reclamó el jefe de Gabinete.
En su habitual conferencia de prensa mañanera, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, le envió un mensaje a los productores del campo y les pidió que comiencen a liquidar la cosecha retenida para poder fortalecer las alicaídas reservas del Banco Central.
El funcionario indicó que “la evolución de las reservas tiene que ver con la liquidación de divisas” y mencionó un informe publicado hoy en el diario El Cronista, en el que se afirma que los productores rurales y acopiadores retienen unas 11,5 millones de toneladas de soja de la cosecha 2012/13, de acuerdo a los últimos datos oficiales. A valores actuales, se trata de unos 6.300 millones de dólares.
«Le decimos muy claramente a los productores que la tendencia en el precio de liquidación de soja es decreciente. Por lo tanto, que no especulen con maniobras de carácter financiero», reclamó Capitanich, en un mensaje que también dirigió «a las empresas cerealeras».
«El Gobierno les ha generado un instrumento para garantizar condiciones de liquidación. Nosotros consideramos que están dadas las condiciones para la liquidación de soja y eso tiene impacto en el incremento de las reservas», agregó el chaqueño.
«El precio (de la soja) está estable en dólares y la devaluación se acelera, por lo que si no hay aplicación para el producto de la venta, se vende sólo cuando se necesita efectivo», explicó a El Cronista José Frogone, analista del mercado de granos. «Si la tasa de un plazo fijo es del 20% o menos y la devaluación es mayor, nadie va a liquidar», explicó un economista, dejando a la vista el problema de la falta de alternativas de inversión que tienen los productores.
Esta situación es la que llevó a Axel Kicillof a reciclar una vieja medida de Domingo Cavallo. El ministro de Economía les pidió a las cerealeras que tomen deuda en el exterior e inviertan 2000 millones de dólares en una nueva letra a vencer entre cuatro y seis meses. Se trata de una reedición del “bono patriótico” que el ex súper ministro aplicó en 1995 y 2001.
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