Francisco envió un mensaje a los 16 arzobispos que eligió para asesorarlo. Mario Poli se encuentra entre ellos. Podrán votar al nuevo Sumo Pontífice cuando sea necesario
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«El cardenalato no significa una promoción, ni un honor, ni una condecoración; es simplemente un servicio que exige ampliar la vista y agrandar el corazón», advirtió el papa Francisco en la carta que envió este lunes a los 16 nuevos cardenales que anunció este domingo durante el Ángelus.
En el breve texto que fue difundido por la agencia de noticias del Vaticano, el Sumo Pontífice señala: «Aunque parezca una paradoja, este poder observar más lejos y amar más universalmente con mayor intensidad, se pueden obtener sólo siguiendo el camino del Señor: el camino de la humildad, convirtiéndose en siervo».
«Te pido, por favor, que recibas esta designación, con un corazón sencillo y humilde. Y, aunque lo hagas con alegría y con gozo, intenta que este sentimiento se aleje de cualquier expresión mundana, de cualquier celebración ajena al espíritu evangélico de austeridad, sobriedad y pobreza».
Francisco optó por su ya clásica fórmula para cerrar el mensaje: «Adiós y hasta el próximo 20 de febrero, cuando comenzaremos los dos días de reflexión sobre la familia. Quedo a tu disposición y, por favor, te pido que reces y pidas que recen por mí».
Con la designación de 16 nuevos cardenales que realizó este domingo, Francisco comenzó a introducir cambios en la composición del núcleo de poder de la Iglesia. En línea con la tradición, un cuarto de los designados fueron italianos. Pero por sobre todo destaca la elección de cinco latinoamericanos, dos orientales y dos africanos. Fiel a sus palabras, el Papa comenzó a dar a los países del Tercer Mundo un mayor lugar en la cúpula eclesiástica.
Además del arzobispo de Buenos Aires, Mario Aurelio Poli, entre los nuevos cardenales designados están el italiano Pietro Parolin (arzobiospo de Acquapendente y actual secretario de Estado en el Vaticano), el alemán Gerhard Ludwig Müller (arzobispo emérito de Regensburg y prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe), el italiano Beniamino Stella (titular del arzobispado de Midila y prefecto en la Congregación por el Clero), el italiano Lorenzo Baldisseri (arzobispo de Diocleziana y secretario general del Sínodo de Obispos), el británico Vincent Nichols (arzobispo de Westminster), el nicaragüense Leopoldo José Brenes Solórzano (arzobispo de Managua), el canadiense Gérald Cyprien Lacroix (arzobispo de Québec) y el marfileño Jean-Pierre Kutwa (arzobispo de Abidjan).
También fueron designados el brasileño Orani João Tempesta (arzobispo de Río de Janeiro), el italiano Gualtiero Bassetti (arzobispo de Perugia), el coreano Andrew Yeom Soo-jung (arzobispo de Seúl), el chileno Ricardo Ezzati Andrello (arzobispo de Santiago de Chile), Philippe Nakellentuba Ouédraogo (arzobispo de Ouagadougou, en Burkina Faso), el filipino Orlando B. Quevedo (arzobispo de Cotabato) y el haitiano Cibly Langlois (arzobispo de Les Cayes).
A continuación, la carta completa del papa Francisco a los nuevos cardenales:
Querido hermano,
En el día en el que se hace pública tu elección de formar parte del Colegio de Cardenales, te mando un cordial saludo, y te aseguro mi cercanía y mi oración. Espero que, al formar parte de la Iglesia de Roma «vestido con las virtudes y los sentimientos del Señor Jesús» (cf.Rom 13,14 ), puedas ayudarme con fraterna eficacia en mi servicio a la Iglesia universal».
El cardenalato no significa una promoción, ni un honor, ni una condecoración; es simplemente un servicio que exige ampliar la vista y agrandar el corazón. Y, aunque parezca una paradoja, este poder observar más lejos y amar más universalmente con mayor intensidad, se pueden obtener sólo siguiendo el camino del Señor: el camino de la humildad, convirtiéndose en siervo (cfrFil 2,5 – 8) . Así que te pido , por favor, que recibas esta designación, con un corazón sencillo y humilde. Y, aunque lo hagas con alegría y con gozo, intenta que este sentimiento se aleje de cualquier expresión mundana, de cualquier celebración ajena al espíritu evangélico de austeridad, sobriedad y pobreza.
Adiós y hasta el próximo 20 de febrero, cuando comenzaremos los dos días de reflexión sobre la familia. Quedo a tu disposición y, por favor, te pido que reces y pidas que recen por mi.
Que Jesús te bendiga y la Virgen Santa te proteja.
Fuente: www.infobae.com