La dureza de la pretemporada pareció no afectar esta vez a los protagonistas del arranque de los torneos de verano. San Lorenzo e Independiente armaron en Mar del Plata un partido que tuvo muchos condimentos: cinco goles, choques, golpes (Damián Albil cabeceó un palo de su arco) y roces (Patito Rodríguez sufrió un fuerte golpe en el inicio). Con estos condimentos, fue 3-2 para el Santo, por la Copa de Oro.
Pero, sobre todo, en el José María Minella hubo desparpajo. Tanto Ramón Díaz como Antonio Mohamed utilizaron a varios juveniles, porque la pretemporada recién arranca, y el rodaje para los titulares llegará más adelante. Así y todo, con los músculos entumecidos, armaron un partido entretenido, abierto, con el Rojo más controlador, con San Lorenzo más punzante.
Nahuel Benítez puso el 1-0 con un potente zurdazo. Brian Nieva empardó con una linda definición. Los pibes se divertían en La Feliz. En la segunda etapa, Diego Herner metió un frentazo a la carrera para el 2-1, tras un córner. Y al toque, Aureliano Torres manoteó a Cristian Báez tras un centro y Néstor Pittana cobró un penal que Facundo Parra cambió por el 2-2. ¿Listo? No: todavía faltaba esa corrida tremenda de Gonzalo Rovira desde la mitad de la cancha para definir con un toque a un costado, a diez minutos del final
Fuente: La Razón