El líder opositor Henrique Capriles afirmó que está dispuesto a dialogar con el gobierno del presidente Nicolás Maduro y que “en las próximas horas” anunciará “una decisión” al respecto, mientras simpatizantes oficialistas y opositores volvieron a manifestarse en las calles de Caracas.
«Estoy dispuesto a debatir y creo que el país completo estaría atento y quisiera ver un debate entre el gobierno y la oposición, esa es mi visión», dijo Capriles a la agencia noticiosa española EFE.
«Yo sí quiero el debate pero no depende de mí; si dependiera de mí, el debate se haría, pero no depende de mí, depende fundamentalmente del gobierno», agregó el gobernador del estado Miranda.
Más temprano, en declaraciones al canal Televén, Capriles se manifestó predispuesto a «un debate» pero advirtió que «el diálogo no es un show de televisión» y que no se prestaría a «una comparsa».
«Eso está en discusión en este momento, en las próximas horas habrá una decisión, yo creo que el país merece ese debate», agregó entonces.
Luego aclaró que ese eventual diálogo es gestionado por una comisión de la que él no participa y que integran el diputado opositor Hiram Gaviria y el periodista oficialista Vladimir Villegas, «que ha estado contactando y en comunicaciones con la Mesa de la Unidad» Democrática (MUD, que reúne a 29 partidos adversarios del gobierno).
Capriles, candidato de las MUD en las dos últimas elecciones presidenciales, tomó distancia de la convocatoria de los otros líderes de la coalición opositora -Leopoldo López, María Corina Machado y Antonio Ledezma- que motorizaron la convocatoria a salir a las calles para procurar «la salida» del gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Sin embargo, una vez que el gobierno encarceló a López acusándolo de sedición y de instigar los asesinatos de dos manifestantes ocurridos el 12 de febrero pasado, Capriles cerró filas con la oposición y hasta ahora se había negado a dialogar con el gobierno.
De hecho, Henry Falcón, del estado Lara, es el único de los tres gobernadores opositores que aceptó participar de la Conferencia Nacional por la Paz a la que Maduro convocó hace tres semanas.
Mientras tanto, trabajadores de programas sociales del gobierno y del transporte de cargas marcharon hoy por algunas zonas de Caracas en apoyo a las autoridades, y grupos opositores se manifestaron en barrios del este de la capital contra la supuesta «injerencia cubana» en el país, sin que se reportaran incidentes.
Desde el 6 de febrero en los estados andinos Táchira y Mérida, y desde seis días después en las principales ciudades del resto del país se realizan cotidianamente manifestaciones oficialistas y opositoras.
En ese contexto se registraron violentos disturbios que causaron 28 muertos, 365 heridos y más de 1.300 detenidos, además de varias denuncias de violación de derechos humanos que son investigadas por las autoridades, según datos oficiales.
El presidente del Banco Central de Venezuela (BCV), Nelson Merentes, afirmó que las protestas «perturban» en «cierto grado» la economía del país, que ya estaba afectada por la inflación (56,2 por ciento para todo 2013, según datos oficiales) y el desabastecimiento de productos básicos (22,2 por ciento en diciembre y 28 por ciento en enero).
El desabastecimiento se debe en buena medida a la escasez de divisas, ya que la mayor parte del consumo cotidiano se satisface con importaciones (el vicepresidente, Jorge Arreaza, afirmó la semana pasada que la producción nacional sólo cubre 40 por ciento de la demanda interna).
«La economía, uno no puede ocultar, tiene inflación, tiene escasez y el crecimiento no es robusto; hay una crisis, pero no es una crisis de magnitudes tan profundas como dicen algunos analistas», señaló Merentes.
Las protestas afectan el comercio y, «se quiera o no, perturban la economía en cierto grado», agregó el funcionario en el programa dominical de televisión del exvicepresidente José Vicente Rangel.
Fuente: www.telam.com.ar