2da. visita (con almuerzo) del Papa a Caserta en 3 días. En esta ocasión, hubo una ceremonia religiosa conjunta en un templo pentecostal, y un pedido de perdón del Papa: «Entre los que han perseguido y denunciado a los pentecostales, como si fueran locos que arruinan la raza, también había católicos».
Imagen de un encuentro anterior entre el Papa y Giovanni Traettino.
N. de la R.: El pentecostalismo o Movimiento Pentecostal es un conjunto multitudinario de iglesias y organizaciones cristianas que carecen de un dirigente global pero se encuentran vinculadas porque priorizan la doctrina del bautismo en el Espíritu Santo. Los cristianos pentecostales afirman tener la práctica de hablar lenguas desconocidas en sus momentos de éxtasis espiritual, por voluntad del Espíritu Santo, por ejemplo. La Iglesia Católica Apostólica Romana tiene un vínculo con el movimiento pentecostal o también llamado ‘carismático’, que consiste en que la Renovación Carismática Católica, que no se consideran a sí mismas como pentecostales sino católicas, ya que consiste en únicamente una transformación de la forma del culto católico.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). El papa Francisco se conoce con el pastor pentecostal Giovanni Traettino de los tiempos compartidos en la metrópolis porteña, cuando el pontífice aún era Jorge Omar Bergoglio. Se conocieron en 2006, durante un multitudinario encuentro ecuménico en Ciudad de Buenos Aires.
Hoy día ambos se encuentran en Europa: Francisco en el Estado Vaticano, en Roma; y Traettino en Caserta, a 200 Km. de Roma.
Francisco le había prometido a a Traettino que iría a visitarlo, y luego de celebrar en ese lugar una Misa con los católicos de la diócesis, él regresó menos de 48 horas después para una “visita privada”.
El Papa llegó en helicóptero a las 10:15 y se subió en un Ford Focus que lo llevó hasta el portal del edificio donde reside el pastor Giovanni Traettino, un gran impulsor del diálogo entre evangélicos y católicos en Italia y amigo personal del Papa.
Francisco permaneció en la casa de Giovanni Traettino durante gran parte de la mañana. A última hora visitó una futura iglesia evangélica que está todavía en construcción, decorada con una gran cruz de madera y las palabras «Jesús es el Señor» y «Reconciliar sirviendo». El templo se llama Iglesia Pentecostal de la Reconciliación.
En la puerta del futuro templo lo esperaban los ancianos (un cargo muy importane en toda grey cristiana) de la comunidad evangélica local. Dentro, unas 350 personas le recibieron con aplausos y apretones de manos. Estuvieron pastores evangélicos llegados desde varios países, incluyendo a Jorge Himitian, otro amigo personal del Papa de sus días en Ciudad de Buenos Aires.
Comenzaron una «Celebración de la Palabra» dada por Traettino, quien le agradeció la visita, «un regalo enorme, inesperado e inimaginable. Gracias por lo que ha hecho para superar las complicaciones protocolares. Sepa que los pentecostales y los evangélicos rezan por usted», añadió.
Luego, le pidió que rezaran juntos el Padrenuestro.
Francisco rezó con ellos y luego improvisó. Comenzó llamándoles «hermanos y hermanas», y les dijo que estaba allí para «devolver las visitas que vuestros hermanos me hicieron a Buenos Aires».
Entonces les pidió perdón por las persecuciones ocurridas durante el fascismo italiano (que era católico), la expulsión de los pastores y de muchos de los creyentes. «Había católicos entre los que persiguieron y denunciaron a los pentecostales, como si fueran locos que estropeaban la raza. Yo soy el pastor de los católicos y les pido perdón por estos hermanos y hermanas», dijo el Papa.
También pidió perdón por las divisiones. Según Francisco, en el diálogo entre cristianos se repite lo que dice la Biblia que hicieron los hijos de Jacob con el pequeño José, «primero intentaron matarlo, y luego intentaron salvarlo».
Según el vaticanista Iacopo Scaramuzzi, el fascismo no toleraba las confesiones no católicas, y fue particularmente duro con los pentecostales, quienes, al llegar a Italia a principios del siglo 20, no pudieron beneficiarse ni siquiera con la ley sobre los cultos admitidos en 1929.
La persecución de Benito Mussolini alcanzó su máximo nivel con la circular Buffarini-Guidi de 1935, que prohibió el culto pentecostal en todo el Reino de Italia, pues, según aquel documento, «se concreta en prácticas religiosas contrarias al orden social y nocivas a la integridad física y psíquica de la raza».
Muchos devotos pentecostales, denunciados por párrocos católicos, fueron arrestados y algunos incluso murieron en la cárcel o en campos de concentración.
En 1947, la mayor parte de los pentecostales italianos se reunió en las Asambleas de Dios en Italia. En 2000 nació la Federación de las Iglesias Pentecostales (Fcp). Sin embargo, muchos pentecostales italianos no se reconocen en estas dos siglas, como la comunidad del pastor Trattino.
Francisco añadió que, para perdonarse, hay que conocerse, y que tanto católicos como evangélicos deben aprender a reconocer que «es el Señor quien tiene la iniciativa, no nosotros. El antídoto es caminar juntos en presencia de Jesús», y confiar en el Espíritu Santo «que nos da, no la uniformidad, sino unidad en la diversidad».
Según informa el diario oficial del Vaticano ‘L’Osservatore Romano’, el Papa ha precisado que hay que «caminar siempre juntos», católicos, evangélicos y todos los cristianos, «en la presencia de Jesús».
Con su visita, el Papa envió una clarísima señal de que se toma muy en serio el diálogo con los cristianos evangélicos pentecostales, a menudo son considerados secundarios en el diálogo ecuménico.
Francisco ya se ha reunido en varias ocasiones con pastores evangélicos en Casa Santa Marta, donde reside. En febrero envió un videomensaje sobre la unidad a una congregación estadounidense y en junio recibió a 8 famosos telepredicadores de USA.
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