Fue hace apenas 45 días. “Les pido a los trabajadores que no paralicen el servicio”, dijo durante la presentación de dos nuevos aviones Embraer de Aerolíneas. Y les solicitó «comprensión del proceso político, social y económico». Pero ayer volvieron a parar.
Pareciera que fue hace mucho tiempo. O que nunca sucedió. Pero no: hace apenas 45 días, el 20 de setiembre pasado, la presidente Cristina Kirchner les pidió públicamente a los gremios aeronáuticos que “no paralicen el servicio” para “no afectar al usuario”. Los trabajadores la escucharon y la aplaudieron. Pero ayer volvieron a hacer un insólito paro por una interna gremial y provocaron un caos de pasajeros varados en Ezeiza.
El pedido de Cristina a los gremios fue transmitido en directo por televisión a todo el país. Sucedió en el Aeroparque, durante su discurso en el acto por la incorporación de dos de los veinte aviones que se sumarán a la flota de Aerolíneas Argentinas.
«El servicio no puede ser interrumpido por ninguna causa que no sea técnica», advirtió la jefa del Estado en aquella oportunidad. «Un servicio público, como Aerolíneas o el agua, no puede ser paralizado», dijo la Presidente, para que las consecuencias «no las pague el usuario y a la larga las terminan pagando los trabajadores y el país».
Además, Cristina pidió «comprensión del proceso político, social y económico» y defendió una vez más la reestatización de Aerolíneas y Austral.
Sin embargo, la “paz” reclamada a los gremios aeronáuticos duró poco. Ayer, en medio del caos de horarios y vuelos cancelados por el traslado de Aeroparque a Ezeiza, los pilotos volvieron a hacer paro. Lo peor, aparentemente por un hecho insólito: un piloto se habría agarrado a trompadas con su copiloto por una cuestión gremial (uno pertenece a APLA, de Aerolíneas, y el otro es de UALA, de Austral). Vuelos paralizados, cancelación de viajes de cabotaje, y bronca de los pasajeros que debieron resignarse.
Las palabras de la Presidente, aplaudidas en su momento, se olvidaron muy rápido.
Fuente: Clarin
