La advertencia sobre una peligrosa práctica que puede ocasionar la muerte de quienes la experimenten, volvió a resonar en el país. Esta vez,el tema salió en los medios de comunicación el domingo por la noche, cuando el conductor de la gala del programa Gran Hermano 2011, Jorge Rial, retomó el conflicto suscitado entre dos participantes, Emanuel y Luz, luego de que el primero intentara asfixiar a la joven a modo de «juego».
Sólo se difundieron dos situaciones: la inicial -es decir antes del episodio- y la final, cuando Luz aparece llorando junto a sus compañeros que tratan de contenerla. En ese momento, Emanuel es citado al confesionario y advertido acerca de la prohibición para volver a poner en riesgo la salud de los chicos que lo acompañan dentro de la casa.
El «juego de la asfixia» o también conocido como «juego de la muerte» representa una dura amenaza en una sociedad que, de acuerdo a la visión de los especialistas, atraviesa una profunda crisis de valores.
Desde el punto de vista clínico, la advertencia es sólida: «Existe un gran riesgo por asfixia. Se pueden ocasionar cuadros irreversibles en los órganos vitales, como el corazón y el cerebro pero también está latente la posibilidad de morir», explicó Carlos López Vernengo especialista en clínica médica y ex docente de la UNCuyo.
Esto se produce, justamente, porque una de las características de esta práctica consiste en auto inducirse un cuadro de asfixia por ahorcamiento en busca de una sensación de placer que aún no está del todo comprobada. «Al impedir la entrada de oxígeno al cuerpo , existe un gran riesgo negativo para las estructuras sensibles, como lo es el seno carotídeo. Esto puede provocar un paro cardíaco».
Hay que recordar que el año pasado, este mal denominado «juego» representó la hipótesis más fuerte en el marco de las investigaciones que se realizaron tras la muerte de 8 adolescentes en Salta.
Un estudio del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos indica que desde 1995 a la fecha al menos 82 jóvenes perdieron la vida por esta causa, que muchas veces es confundida con el suicidio.
En este sentido, el actuar a tiempo y reforzar la comunicación entre padres e hijos, es la herramienta básica para evitar llegar a límites peligrosos. Desde el punto de vista del psicólogo Daniel Venturini, es muy importante que toda la familia estén correctamente informada y que sus integrantes dialoguen sobre la problemática.
Es que la respuesta a la pregunta de porqué alguien se vería movilizado a poner en riesgo su vida tiene que ver con mecanismos que se manifiestan a nivel de la mente. «Se plantea en la persona una sensación de vacío existencial, con incapacidad de experimentar situaciones placenteras en condiciones normales. Esto lleva a buscar situaciones límite», deslizó el profesional y recomendó sobre la importancia de plantearse un proyecto de vida que permita buscar intereses y proyectos motivadores, creativos y profundos que lleven a la construcción y no a la autodestrucción.
Fuente: Los Andes