Las trabas a las exportaciones de trigo que impone el gobierno de Cristina Fernández ha generado diversos trastornos para el agro. Según datos de 2014, en 6 años se perdieron US$ 2500 millones. Entre 2008 y 2014 la cadena de valor del trigo ha visto reducir su aporte al PBI del 2,5% al 1,9%. Además de la pérdida de ingresos, se suma la de mercados, y Bolivia, que compraba gran parte de su trigo a la Argentina, empezará a reducir las compras para lograr su autoabastecimiento en 5 años.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- Evo Morales pertenece a la línea ideológica regional que le gusta citar al gobierno de Cristina Fernández, junto con la Venezuela de Chávez-Maduro, el Ecuador de Rafael Correa o el Brasil de Lula-Dilma. Además, Bolivia es de los pocos países con los que siempre pudo contar el kirchnerismo –junto con Venezuela, el principal aliado K- ante el aislamiento internacional al que llevaron al país los Kirchner. Pero las medidas de Cristina ya no generan certidumbre en el gobierno de Evo, que necesita previsibilidad en cuanto al suministro de trigo y por eso profundizará su política de autoabastecimiento para dejar de depender de nuestro país.
El año pasado, las Bolsas de Cereales y de Comercio pidieron que terminen las restricciones a las exportaciones de tigro e ilustraron el impacto de esas medidas con una cifra: En 6 años se perdieron US$ 2500 millones. Entre 2008 y 2014 la cadena de valor del trigo ha visto reducir su aporte al PBI del 2,5% al 1,9%.
Aseguraron que con las restricciones se “afecta el proceso de descubrimiento de precios, incrementa la incertidumbre de los agentes comerciales, desincentiva la siembra y la inversión en tecnología, además de afectar a todos los eslabones de su cadena de valor”.
Volviendo a la noticia de Bolivia, Argentina históricamente fue la proveedora de trigo al vecino país. De las 600 mil toneladas que consumen los bolivianos anualmente, el 70% son importadas, y más de la mitad solían provenir de nuestro país, entre granos y harina. Sin embargo, las trabas a las exportaciones que impuso la administración Cristina en los últimos años llevó a que las autoridades del país limítrofe decidieran cortar las compras de a poco, para que finalmente en cinco años pueda prescindirse de ellas.
Hoy los sectores público y privado se encuentran trabajando para alcanzar el autoabastecimiento. “En 2015 se va a acentuar la estrategia del autoabastecimiento, al que se prevé llegar en cinco años y en el que estamos empeñados el gobierno y el sector privado”, dijo Edilberto Osinaga Rosado, gerente general de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), al diario La Nación. “El objetivo es independizarse de la importación”, agregó.
Los problemas entre Bolivia y la Argentina por el tema del trigo comenzaron en 2013, cuando desde Buenos Aires endurecieron las medidas restrictivas para la venta externa del cereal. Mientras que en 2012 se exportaron 308.968 toneladas hacia ese destino, el volumen bajó a 86.437 al año siguiente, lo que encareció el precio interno boliviano de pan y harina y obligó a ese país a comprar granos a los Estados Unidos. En tanto, en 2014 se vislumbró una leve recuperación de los embarques argentinos, con 136.397 toneladas vendidas según CAO.
En el camino del autoabastecimiento, Bolivia ya trabaja en distintas medidas de fomento de cultivo, como un seguro agrícola para productores y líneas de financiación para la siembra.
Sobre las exportaciones argentinas, según la consultora especializada Agritrend, de 10,2 millones de toneladas vendidas al exterior en el ciclo 2011/12 se pasó a sólo 1,5 millones en la campaña 2013/14.
De acuerdo a datos oficiales, del período 2014/15 ya se colocaron afuera 1,84 millones de toneladas, un 224% más que en el mismo lapso de la campaña pasada.
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