El León de Oro fue para «Desde allá» del venezolano Lorenzo Vigas, mientras que el de Plata quedó en manos del argentino Pablo Trapero por «El clan».
La consagración del cine latinoamericano en el festival de Venecia, que se alzó con el León de Oro y el de Plata con «Desde allá» del venezolano Lorenzo Vigas y «El clan» del argentino Pablo Trapero, fue aplaudida este domingo por una buena parte de los críticos cinematográficos.
«Triunfó el cine suramericano, el gran protagonista de Venecia«, escribió Concita De Gregori en el diario La Repubblica.
«Venció el nuevo mundo, su fuerza. ‘Desde allá’, ópera prima de un venezolano de 40 años superó obras de grandes y viejos autores consagrados, de monstruos sagrados del cine como Sokurov, Gitai, Solimoski, Bellocchio«, escribió De Gregori al citar los nombres de veteranos autores que compitieron en la sección oficial.
«Se premió el cine-realidad. Filmes que hablan de hechos verdaderos, documentales que son gran cine. La realidad ahora es luto, espera, memoria perdida. Venecia nos manda un mensaje claro: se acabó la era del placer», recalcó.
El veterano crítico de cine italiano Paolo Mereghetti, del Corriera della Sera, recalca que «tal vez hay una conexión» entre el triunfo de los dos suramericanos con el hecho de el presidente del jurado fuera el mexicano Alfonso Cuarón, sin por ello disminuir la calidad de las películas triunfadoras.
«Han sido premios dados por cinéfilos. Se han olvidado los filmes tradicionales. Con un jurado formado sobre todo por directores de cine se premió ante todo la dirección y olvidado en parte el espectáculo«, aseguró. «El filme ‘El Clan’ de Trapero de todos modos es mi preferido, me quedó grabado en el corazón», admitió.
«El festival de Venecia se confirma como un espacio que defiende al autor por encima de otros aspectos del filme. ¿Será una cualidad?«, se interroga Mereghetti que ha cubierto por varias décadas el más antiguo festival de cine del mundo.
«La verdad es que el mundo está cambiando y la autoridad del director se está poniendo en discusión«, advirtió.
Menos entusiasta ha sido el comentario de Franck Nouchi en el diario francés Le Monde.
«Decir que quedé satisfecho con el palmarés sería exagerado. A excepción de ‘El clan’, los filmes que más me gustaron de esta edición no figuran entre los vencedores», escribió. «Desafortunadamente, la edición de este año, no obstante los excelentes filmes en concurso, se terminó con un malentendido. Aunque no tenemos alguna reserva sobre el filme argentino, que testimonia el extraordinario crecimiento del cine argentino», sentenció.
Para Alex Vicente del diario español El País, quien este año remplazó a su controvertido crítico veterano, Carlos Boyero, el cual en los últimos años despreciaba sin titubeos la sección de filmes invitados por Venecia, el resultado es satisfactorio.
«Este desenlace no resulta del todo descabellado en una edición donde el cine latinoamericano ha estado omnipresente, hasta diez películas concurrían en las distintas secciones y y cuyo responsable, Alberto Barbera, no deja de repetir que el cine latinoamericano es el único que cuenta cosas nuevas y propone talentos con estilos distintos», escribió.
«En esa categoría entra, sin duda, el semidesconocido Lorenzo Vigas«, concluyó.
Palabras de Lorenzo Vigas
«Creo que este premio será bien recibido en mi país, donde hemos tenido muchos problemas en los últimos años. Espero que este premio ayude un poco. Estoy seguro de que vamos a dialogar entre nosotros para salir adelante. ¡Que viva Venezuela!«, declaró en inglés Vigas al dedicar el mayor galardón a su país.
La película, marcada por un ritmo lento, silencios y contrastes entre un mundo íntimo árido y otro externo vital es un retrato sombrío de las profundas diferencias de clase que sacuden Venezuela y toda América Latina.
«Venimos de un continente en que el padre está ausente, es algo que forma parte del inconsciente colectivo, del arquetipo que compartimos los latinoamericanos», explicó Vigas.
Aplaudida por la prensa especializada en su primer paso, dividió al público, pero sobre todo convenció al jurado presidido por el mexicano Alfonso Cuarón.
«Sí, sí, me dieron un montón de dinero», afirmó con tono divertido Cuarón al ser interrogado sobre un posible empujón.
«El presidente del jurado es como el rey de Suecia y no tiene algún poder. Si hubiera habido una conspiración habría tenido que compartir el dinero con el resto del jurado», agregó al descartar que haya tenido mucha influencia sobre la decisión final.
«No fue una decisión unánime, la debatimos mucho «, reconoció Cuarón, quien recordó que es el primer filme de América Latina que se adjudica el máximo galardón veneciano, el León de Oro.
«Sé que ser mexicano y presidente no tiene credibilidad. Pero la verdad es que no tuve ningún poder», dijo.
En su exitoso debut, Vigas, de 48 años, contó con conocidos nombres del cine de toda Latinoamérica: el mexicano Guillermo Arriaga (Amores perros, Babel), quien colaboró en el guión, el mexicano Michel Franco, como coproductor, la brasileña Isabela Monteiro de Castro en el montaje, y de protagonista el actor chileno Alfredo Castro, intérprete fetiche del también chileno Pablo Larraín.
¿El cine latinoamericano, unido, siempre vencerá?
«Por supuesto», contestó Vigas, quien reiteró ante la prensa que lo que quiere es «suscitar discusión, abrir un debate» sobre los problemas del país.
«También sobre la homosexualidad», tema que aborda en la cinta con una audaz escena de sexo entre Armando, un homosexual incapaz de amar, que ofrece dinero a jóvenes caraqueños a cambio de que le sigan a casa y se desnuden para él, y Elder, un joven delincuente que ve en ese hombre maduro y taciturno una atención que nunca tuvo.
El realismo «sucio» en el cine latinoamericano
Contra todo pronóstico, el cine latinoamericano se adjudicó también el León de Plata por la mejor dirección con la película argentina «El Clan» dePablo Trapero, 43 años, el noveno largometraje del autor de Mundo Grúa.
Basada en una historia real, ocurrida en la transición entre la dictadura y la democracia, cuenta la vida de la familia Puccio, que hacía secuestros para extorsionar a personas de su entorno y las mataban tras mantenerlas en cautiverio en su propia casa, en un barrio de clase media acomodada de la periferia norte de Buenos Aires.
La cinta, coproducida por los hermanos Almodóvar, ha sido un verdadero éxito comercial en Argentina y aborda también un tema casi tabú.
«Tenemos un compromiso con nuestra propia historia», aseguró Trapero.
«Esta película es el resultado de un gran trabajo en equipo. Quiero agradecer a los actores Guillermo Francella y Peter Lanzani», afirmó emocionado al recibir el galardón en el Palacio del Cine del Lido veneciano tras dedicar el premio a su mujer, «a mi hijo Mateo y al hijo que está en camino», añadió.
Fuente: El Espectador