En Miami y durante 20 minutos, el ex N° 4 del mundo peloteó por primera vez en seis meses; visitará a su médico
Es, apenas, un primer paso. Una luz después de tanta oscuridad. Una ilusión luego del mazazo anímico. Juan Martín del Potro volvió a empuñar una raqueta y a pegarle a la pelotita por primera vez desde marzo pasado, cuando participó del Masters 1000 de Miami. Lo hizo en el mismo complejo de aquella vez: el Crandon Park Tennis Center. Remera, muñequeras y zapatillas rojas, short gris y medias blancas, el tandilense, operado tres veces en la dañada muñeca izquierda en los últimos 18 meses, peloteó durante no más de 20 minutos. Golpeó sólo de drive, de volea y hasta practicó algunos saques. Todavía no ensayó el revés de dos manos, el tiro que le exigiría la zona operada. Pero estos primeros movimientos en el court representan un paso más en un camino que aún se presenta con cierta incertidumbre, aunque también con optimismo, según los propios mensajes del ganador del Abierto de los Estados Unidos de 2009.
«Qué placer verte otra vez!!!», publicó Del Potro en su cuenta de Twitter. La frase -de un tema de Andrés Ciro Martínez, músico muy seguido por el tenista- estuvo acompañada por una foto de la raqueta descansando en la red de la cancha, una cancha muchas veces utilizada por el jugador cuando era entrenado por Franco Davin -hoy, y al menos durante algunas semanas en los torneos de Kuala Lumpur y Tokio, coach del búlgaro Grigor Dimitrov-. Del Potro, Davin y el que fuera su preparador físico, Martiniano Orazi, muchas veces eligieron Key Biscayne como plaza de entrenamientos. Hoy, el ex número 4 del mundo no tiene entrenador ni preparador físico. Ya tiene evaluadas distintas alternativas, pero, como es lógico, primero quiere tener certezas sobre su salud y, por ende, su futuro. Una vez que su panorama sea más claro en ese sentido, formará su grupo.
Del Potro permanecería durante algunas semanas en los Estados Unidos. Ello no significa que todos los días se entrenará haciendo tenis en la cancha, pero sí lo hará periódicamente y en las próximas horas se subirá a otro avión para viajar a Rochester, Minnesota. Si bien el tenista está en comunicación con el cirujano Richard Berger por teléfono o Skype, lo visitará en su consultorio de la Clínica Mayo para ser estudiado. Será Berger quien le diga a Del Potro en qué momento empezar a pegar de revés y exigir la mano. Una vez que ello suceda, habrá que ver cómo responde la zona afectada.
«No me rindo, no me doy por vencido, y durante este tiempo estuve buscando alternativas para tratar la lesión. Si algo no puedo dejar de hacer en este momento es luchar por lo que más quiero, que es jugar al tenis», comunicó Del Potro, en su momento. A los 27 años, 562° del ranking y tras encontrarse con varios obstáculos en su rica carrera, mantiene las esperanzas de volver a jugar al tenis de alta competencia. Sigue luchando. Y en Miami dio un nuevo paso en ese gran anhelo..