Ariana Grande, The HoneyMoon Tour / Con: DJ Dubz y cuerpo de baile / Lugar: Complejo Al Río, Vicente López.Nuestra opinión: bueno.
Los chicos crecen. De la muchachita inocente y despistada que conocimos en la tevé a través de comedias juveniles comoVictorius y Sam&Cat sólo queda el aire todavía aniñado del rostro y ese mohín inocente (con rápidos parpadeos incluidos) al que recurre como mecanismo de agradecimiento a sus fans.
Por todo lo demás, Ariana Grande está en otra cosa. Hay muchas chicas entre el público que colma en la fría noche el complejo al aire libre ubicado en Vicente López junto al Río de la Plata. Pero la inmensa mayoría son adolescentes que crecieron con ella y saben que Ariana ya no es sólo la estrella de Nickelodeon, sino una que a los 21 años ya pisa fuerte en el mundo del pop juvenil. La gira que la trajo por primera vez a la Argentina es una muestra de esa ambiciosa búsqueda: arrancó a fines de febrero en los Estados Unidos y culminará en diciembre en Japón, después de 80 conciertos en tres continentes.
El fuerte de Ariana es su extraordinaria voz de amplísimo rango y cómoda llegada a los agudos, que evoca a la de Mariah Carey, pero con mucha más energía. No se priva de usarla para desatar el frenesí de sus abrigados fans, mientras desfila luciendo mallas breves y botas altísimas en un juego escénico cuidadosamente trabajado que no se priva de mostrarla como estrellita de precoz sensualidad, pero hasta un límite preciso y tolerado por sus muy jóvenes seguidores.
A los fanáticos de la mayoría de las estrellas recientes del pop juvenil las canciones de Ariana Grande interesan menos que la expresión visual que cada una de ellas adquiere bajo la forma de un videoclip. A lo largo de 90 minutos exactos, el show respondió a esa línea: imágenes intensas y llenas de estímulos desde tres grandes pantallas, un atractivo diseño de luces, nueve esforzados bailarines y el histriónico DJ Dubz (el experimentado neoyorquino Adrián Wiltshire) ocupando con sus pistas, bandejas y hasta un solo de tap el centro de un escenario sin músicos. Entre todos ellos, Ariana se reserva para los movimientos estelares y la coronación vocal de cada uno de sus hits, todos muy parecidos entre sí: «Bang Bang», «Right Here», «Break Free», «Best Mistake», «One Last Time» y «Problem».
En los momentos más reposados (como ocurrió con la bella balada «Tattoed Heart») el talento vocal de Ariana aparece en plenitud junto con la sensación de que hay carisma y sensibilidad para escapar de las fórmulas, que esta vez alcanzaron para que nadie se fuera insatisfecho.
Fuente: La Nacion
