El oficial Gonzalo Kapp, detenido por el crimen de Lucas Rotella, del sábado en esa ciudad bonaerense, admitió haber disparado contra el muchacho pero dijo que no sabía que su arma estaba cargada con postas de plomo
Gonzalo Kapp, el Policía de Baradero que baleó a Lucas Rotella por la espalda, cuando intentó escapar de un control policial, admitió haber disparado pero dijo «no saber que su arma estaba cargada con balas de plomo.»
Fuentes judiciales informaron que el oficial declaró durante más de tres horas ante el fiscal de la causa, Marcelo Manso, y luego fue nuevamente trasladado a una celda de la comisaría de Arrecifes donde quedó detenido acusado del delito de «homicidio calificado».
Miguel, padre del joven baleado, en tanto dialogó con Radio 10 en el programa «El Oro y el Moro». El hombre, totalmente conmocionado, dijo: «para nosotros Lucas está, Lucas se fue a pasear».
Lucas era el segundo de cinco hermanos. Según cuenta su padre, no siguió estudiando para ayudarlo a él a mantener el hogar. «El deseo de Lucas era llegar a algo y ser famoso. El quería ser boxeador, futbolista, deportista, pero no le dieron las rodillas. Y mirá lo que le tocó.»
Según relató el hombre, «a Lucas lo balearon y lo dejaron tirado en la calle. Hizo diez o quince cuadras hasta mi casa en la moto y quedó tirado una hora porque no tenía fuerzas para levantarse a golpear la puerta, y lo encontró el hermano más chico».
El chico estuvo siete horas agonizando por el impacto de las balas, hasta que ayer murió en el hospital. «Cuando llegó al hospital, le faltaban cuatro litros de sangre. Y así mismo Lucas vivió siete horas. Imagínense las ganas de vivir que tenía», dijo el hombre desolado.
«La Policía lo conocía y no vino a preguntar. El hombre que hizo eso vive a tres o cuatro cuadras de mi casa», se lamentó el padre, y sostuvo que de haberlo encontrado a tiempo tal vez podría haberse evitado el peor desenlace.
«Acá falta Lucas y falta todo. Era el que contenía a todos, incluído a mí. No era mi hijo, era como un amigo», recordó Miguel. Y añadió que su hijo «nunca tuvo un lío con la Policía. Lucas defendía a la Policía que lo mató.»
«Yo tengo impotencia y algo que me dejó Lucas: que nunca tome venganza. Mi pernsamiento era matar a la persona que me toque un hijo. Y Lucas me dijo Papi, vos matando a otro no le vas a devolver la vida a un hijo tuyo. Y le tocó a él».
Fuente: Infobae