Mientras se acercan épocas festivas, acecha la Navidad y la ciudad espera un nuevo comienzo de año, los distintos barrios de La Plata empiezan a mostrar en sus esquinas grupos de jóvenes, niños y algunos fanáticos mayores de edad, reunidos a diario con el fin de construir un muñeco que signifique el broche del 2015 y la bienvenida del 2016. Esta antigua tradición platense comenzó y a esta altura del año, el ritmo para la construcción de los momos ya dio marcha en algunos sectores de la región.
A diferencia del 2014, este año la planificación de los históricos muñecos comenzó mucho antes de lo habitual y en distintas esquinas ya se avizoran estructuras de madera y chicos pidiendo colaboración a los automovilistas. A la noche es peligroso porque hay mucha maldad y vienen a quemar lo que vamos haciendo. Diario Hoy visitó al grupo de diagonal 78, 5 y 58, uno de los pioneros en inaugurar la temporada 2015 y si bien no quisieron adelantar cual será la obra de esta año, explicaron que vienen “trabajando en un taller desde octubre, aunque ahora empiezan a salir las estructuras a la calle”. En el diálogo con los jóvenes, la seguridad y la falta de entusiasmo de los vecinos, que “ya no colaboran como antes” fueron declaraciones que serán una constante en cada barrio. “Arrancamos temprano para llegar sin problemas para el 31”.
Este ritual, habría surgido alrededor de los años 50 y hoy constituye una práctica cultural que denota la identidad y el carácter cultural que caracteriza a nuestra ciudad. La quema de muñecos es uno de los eventos más emblemáticos de La Plata. Se lleva a cabo cada comienzo de año a través del trabajo mancomunado por lo general, de niños y adolescentes de los barrios platenses que se reúnen antes que finalice el año para planificar el diseño y la construcción del muñeco. La historia cuenta que todo comenzó en la década del 50, más exactamente en 1956, cuando el Club Defensores de Cambaceres ganó el torneo de la Liga Amateur Platense, en ese momento Don Luis Tórtora, presidente de dicha entidad, decidió homenajear al club construyendo un muñeco de un jugador del Rojo de Ensenada en la puerta del bar y almacén Los Obreros.
Fuente: Diario Hoy
