El canciller Jorge Faurie mantiene abierto un canal diplomático con el presidente Martín Vizcarra, que está enfrentado con la oposición parlamentaria
Por Martín Dinatale
2 de octubre de 2019
mdinatale@infobae.com
El gobierno argentino no se involucrará por ahora en la crisis institucional de Perú, pidió a sus representantes en Lima mantener “cautela” frente a los acontecimientos que tienen como protagonista al presidente Martín Vizcarra que ordenó cerrar el Parlamento y Mauricio Macri cree que no hay indicios que indiquen que se cometió un golpe de Estado en el país andino.
El canciller Jorge Faurie se comunicó en las últimas horas en reiteradas oportunidades con el embajador argentino en Lima, Jorge Yoma, para evaluar el alcance de los hechos en Perú y ordenó no emitir comunicado alguno ni lanzar opiniones respecto a la crisis que provoco Vizcarra cuando ordenó disolver al Parlamento.
El embajador Yoma le pasa un reporte permanente a Faurie sobre lo que ocurre ahora en Lima y hay un contacto que mantiene la Cancillería argentina con el presidente Vizcaya que es Maximiliano Aguiar Masuelli. Se trata de un argentino que vive en Perú y asesora desde hace tiempo al presidente Vizcarra.
“Todo lo que necesitamos saber sobre la línea de acontecimientos lo podemos saber por medio de Aguiar Masuelli”, dijo a Infobae un diplomático del Palacio San Martín. Aguiar es un sanjuanino de 45 años, sociólogo y experto en marketing político que se conocido como “el compañero” de Vizcarra. Desde el 2018 fue convocado por el presidente de Perú de manera oficial para asesorar al jefe de Estado sobre las acciones de gobierno.
El Presidente decidió disolver el Parlamento después de que el Congreso eligiera un magistrado para el Tribunal Constitucional, pese a que el primer ministro Salvador del Solar había presentado un pedido de confianza para variar ese proceso, muy cuestionado por las formas y los plazos que se emplearon en su tramitación.
Al parecer, la decisión de Vizcarra cuenta con el aval no sólo de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional sino de buena parte de la ciudadanía ya que el Congreso, que dominaba el fujimorismo, es una de las instituciones más desprestigiadas ante la opinión pública, que considera que ha sido un obstáculo permanente para la lucha anticorrupción.
Esto le permitió a Vizcarra afrontar un escenario favorable al anunciar su decisión del lunes, basado en la prerrogativa que le otorga la Constitución de disolver la Cámara si esta deniega la confianza a dos gabinetes ministeriales.
En este contexto, por ahora la Argentina no se meterá en la crisis de Perú a la que considera totalmente diferente de lo que ocurre en Venezuela, donde el régimen de Nicolás Maduro había disuelto el Congreso para poner una Asamblea legislativa propia y convocó a elecciones fraudulentas.
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