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Santiago Caputo a la cima, y ahora Guillermo Francos es el enemigo

Tras la derrota en Buenos Aires y con la elección del 26 de octubre en la mira, Javier Milei reacomodó el Gabinete con el regreso del Ministerio del Interior y la vuelta de su asesor estrella como estratega de comunicación.

Apurado por la derrota electoral frente al peronista Axel Kicillof y la cercanía de la elección del 26 de octubre, el presidente Javier Milei maquilló al Gabinete nacional con la vuelta de la estructura del Ministerio del Interior y el regreso del asesor Santiago Caputo como dueño de la propaganda y la comunicación de la Casa Rosada en busca de renovar y darle aire a una administración jaqueada por la oposición en el Congreso y con muchos frentes internos y externos.

Claro que no todo es tan sencillo como realizar un maquillaje en el Gabinete nacional para el presidente Milei, porque el que está enojado ahora -antes era Karina Milei– y puso el grito en el cielo es nada menos que el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, por las incursiones furtivas de Caputo en negociaciones con los gobernadores, tarea que oficialmente debe realizar el ministro del Interior, Lisandro Catalán, su delfín.

Pero los gobernadores entienden que no es lo mismo hablar con Catalán, subalterno de Francos, que hacerlo con Santiago Caputo porque saben que el nuevamente entronizado asesor tiene llegada directa nuevamente a Milei y, por lo tanto, poder decisorio.

Por un lado, el jefe de Estado estaba con el problema de la comunicación y la propaganda que hacía agua en medio de la campaña electoral -que había quedado en un segundo plano- porque el Gobierno estaba a la defensiva por el escándalo en el área de discapacidad por las revelaciones de su extitular Diego Spagnuolo y luego por el caso que ensombrece al diputado José Luis Espert, por su vínculo con un supuesto narco investigado en Estados Unidos.

Por eso, Caputo ideó el acto del lunes pasado en el Movistar Arena, en la Ciudad de Buenos Aires, con dos objetivos: el primero era arengar a la tropa juvenil libertaria que estaba algo desilusionada y sin rumbo por la estrepitosa caída en la provincia de Buenos Aires y, por otro lado, para meter una cuña en la conversación pública y que no solo se hable del affaire Espert.

Paralelamente, el asesor -quien al pelearse con Karina Milei a mediados de año había sido dejado de lado en las decisiones palaciegas- desempolvó su agenda de contactos con los mandatarios y legisladores provinciales y colaboró en la tarea del bloqueo en Diputados del proyecto para acotar los DNU presidenciales, que volvió al Senado.

Mas la ayuda no fue bienvenida por Francos ni por Catalán, quienes consideraron que la línea negociadora debe ser unidireccional, y la que encabeza el Ministerio del Interior, sabedores de que Caputo “siempre promete más de lo que puede dar”.

Y el que salió con los tapones de punta y sin pelos en la lengua fue Francos, quien lisa y llanamente puso en palabras un pensamiento generalizado en el Gabinete nacional: Caputo debe asumir un cargo formal en la administración de La Libertad Avanza.

Es que el cargo actual, de asesor presidencial, le da cintura y margen para moverse en todos los escalones de la Casa Rosada, y hasta en el sótano, el ámbito que más le gusta y la circunstancia que más le critican en el círculo áulico.

Lo cierto es que el Gabinete nacional parece últimamente un colador y el presidente Milei el cocinero que tapa un agujero y se destapa otro sin solución de continuidad.

Quedó muy clara la disidencia marcada -reclamaron mayores explicaciones- por Francos y la ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich, en torno al affaire Espert, algo que nunca había ocurrido en la era de La Libertad Avanza.

El jefe de Estado ya no conduce un Gabinete abroquelado y la partida en diciembre de los dos ministros candidatos, Bullrich y el de Defensa, Luis Petri, más el vocero presidencial Manuel Adorni (ya electo diputado en CABA), le ponen una cuota extra de alboroto por los que hacen fila y lobby para ingresar.

Entre los postulantes, hace fuerza el expresidente Mauricio Macri, ahora aliado nuevamente de Milei, quien apuesta a que esta vez -en el inicio del Gobierno libertario no pudo -o más bien no lo dejaron-, meter la cuchara con algún puesto en el Gabinete.

Parlamentario.com