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¿Falcioni está feliz?

Riquelme participó del reducido, está mejor y quiere jugar. Otra vez el desafío para JC: alguien tiene que salir, ¿no?

Es la regla de los entrenadores de Boca: nunca tienen paz. Ni siquiera el día después de una victoria 3-0, sazonada con el regreso al gol del máximo artillero de la historia de club. Falcioni tiene un problema de esos que Néstor Retamar, el verborrágico DT de Atlas, se relamería por tener. ¿Cómo insertar a Riquelme en el equipo? Es la regla de Román, también. Siempre está en la mesa de debate. Divide como ninguno. Para algunos es imprescindible. Para otros es un elemento más del conjunto. La cuestión es que ayer el 10 participó de un ejercicio de fútbol en espacios reducidos y se perfila para jugar frente a Independiente. El parte médico oficial informó que está “a disposición del técnico. Sigue con dolor, pero toleró la actividad”. Así, si bien continúa con molestias en la zona (ante Tigre sufrió un desgarro abdominal) él no quiere perderse el encuentro vs. el Rojo.

En compañía de Marín, Sánchez Miño y Noir, a Riquelme se lo notó preciso y enchufado en el reducido. El viernes Falcioni había contado que Román estaba mejor, pero con molestias en la vida diaria, por ejemplo al girar, recostarse, caminar. Entonces el hecho de que ayer haya estado en el reducido es una señal de que jugaría. El tema, en este caso, es por quién.

Erviti tiene una molestia en el muslo izquierdo y hoy se conocerán los resultados de los estudios que se realizó ayer. Si se confirma la baja de Walter, el DT se ahorraría un problema (sacar a su jugador fetiche, aunque ya ha dado muestras de que no le tiembla el pulso para excluir sin mirar el apellido) pero se compraría otro: un mediocampo con Chávez-Somoza-Colazo y Román de enganche, tal vez le genere algún desequilibrio, considerando la habitual mirada conservadora de JC. Es más, si Clemente va a un lateral y Monzón al otro, se armaría una formación muy ofensiva. Por eso, quizá le de rodaje a Enzo Ruiz en el sector derecho y coloque a Clemente por izquierda.

Las especulaciones surgen a granel, también, por los rendimientos observados ante Huracán. Se sabe que la vuelta de Riquelme implica la muerte (futbolística) del ponderado 4-4-2, pero los altos niveles que exhibieron Mouche, Chávez y Colazo hacen que suene injusta una posible salida de la formación de los hombres más decisivos en el mejor partido de Boca en el campeonato.

Por eso, Falcioni quedó en una encrucijada. Justo él, amante del 4-4, que se rompe el coco por confeccionar conjuntos sólidos y equilibrados, ahora tiene que lograr introducir en su equipo al futbolista más determinante del plantel y no quedar parado del otro lado de la raya.

Fuente: Olé

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