A las dos y media de la madrugada del martes, robaron en el Club de Golf de Palermo. Tres encapuchados, con pasamontaña y pistola en mano, maniataron a los dos guardias. No los lastimaron. Trabajaron con precisión. Eran profesionales.
Violentaron la puerta de la administración, pintaron los ventanales con aerosol negro para no llamar la atención desde el exterior. Equipados con soplete y tubo de acetileno, forzaron la cerradura de la caja fuerte, que no es fácil de hacer ni para un cerrajero porque está laminada en capas. Trabajaron tres horas.
Dieron vuelta la oficina, se llevaron documentación valiosa, 80.000 pesos (correspondiente a cambio y recaudaciones), zapatos de golf, equipos de lluvia y hasta un pendrive.
El predio se encuentra en la avenida Tornquinst 6397, entre Valentín Alsina y Paseo de los Ombúes (la continuación de Olleros), frente al lago Regatas de Palermo. Por la noche, el lugar está a menos de tres cuadras de la zona roja, por donde desfilan las travestis y una caravana interminable de autos.
Nadie vio nada. La comisaría 51ª, que está a siete cuadras, se presentó cuando los dos cuidadores, liberados de sus ataduras, pudieron avisar. Ricardo Chapar, administrador del lugar, fue víctima de dos asaltos. Entre los golfistas es vox populi que la suya es la gestión más honesta de la cual se tenga memoria. Al primer asalto sobrevivió de milagro, cuando dos desconocidos le apuntaron y golpearon para robar la caja de su oficina, en febrero del año pasado.
En ese tiempo, se había retirado la custodia de la Policía Federal, pero después de este episodio la repusieron. Lo mismo sucedió ahora, con la diferencia que a pesar de los sucesivos delitos no se destina personal policial. Hace un mes, del escritorio de Ricardo Chapar, el mismo lugar donde entraron la última madrugada, robaron dos bolsas de palos completas, la de él y del profesional Raúl Maturana.
Pocos días antes habían vaciado la caja registradora de la confitería del hoyo 9, de donde se llevaron hasta los platos. Esperemos que la de ahora, que es la tercera de la última tanda, sea la vencida y que se tomen las medidas necesarias para que no se sucedan estos hechos.
Fuente: cronica.com