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Uma Thurman: chica brava

A los 43 años, vuelve al ruedo como la cara del Calendario Campari 2014 y un controvertido estreno de cine para fin de año, donde compone a una ninfómana. Retrato de una mujer que supo ganarle a los complejos.

Por: Susu P. Balbona
Para: TODO SHOW y 7 Días

Ella se puede dar el lujo de recibir a los medios sólo cinco minutos. Cinco minutos a cada uno. Tal como lo hizo en la últimas notas de prensa que dio. Ella también se puede dar el lujo de elegir papeles fuertes. Y cómo. Papeles que le calzan a la perfección. Mujer de carácter y actitud, no sólo componiendo personajes.

“Para mí, las mujeres no somos quebradizas ni frágiles. Somos unas supervivientes: elásticas y fuertes, sangramos, luchamos y nos mantenemos siempre ahí, erguidas. Incluso a las mujeres frágiles, dales una patada, y vas a ver cómo se vuelven unos seres duros y potentes”, dice.

El traje amarillo que usó en Kill Bill quedará ya como de culto en el cine. Sin embargo en los últimos días no es el amarillo su color, sino el rojo. Un rojo intenso. Es que la star hollywoodense es la nueva cara del calendario Campari 2014. Y no es un dato menor, ya que es la primera vez que una rubia forma parte de la súper producción del ya reconocido almanaque de la marca italiana. “Tengo una cabeza nórdica, pero un corazón sureño”, aseguró en la presentación del calendario, en la que defendió “la pasión” que la marca utiliza a modo de emblema como una actitud y no sólo un color de pelo.

Camino al éxito. Dicen algunos que los nombres marcan el destino de las personas, creáse o no, podría decirse que esta premisa funciona con el suyo. Uma, viene de Uma Chenpo, “el gran camino del centro” en tibetano, la diosa hindú de la luz y de la belleza y consorte del dios Shiva. Su nombre fue elegido por su padre Robert, un profesor de budismo indo-tibetano en la Universidad de Columbia.

Quién puede dudar el gran camino que trazó ya desde su adolescencia esta mujer de 1,80 metro de altura, que aunque muchos la cataloguen como una belleza fuera de lo común, ella jamás se vio linda. Su altura, sus grandes pies y su nariz le crearon más de un complejo, pero no fueron lo suficientemente fuertes como para que no empezara a los 15 años una carrera como modelo profesional, heredada de su mamá y abuela. De las pasarelas pasó al set de filmación. Y fue la musa de Quentin Tarantino, en “Pulp Fiction” y en la saga de “Kill Bill”.

“Con Tarantino me peleé durante todo el rodaje. Creo que eso es lo que le gustaba de mí precisamente. Tuvimos peleas verdaderamente fuertes. Su Mia Wallace, de ‘Pulp Fiction’, no era la mía y logramos entendernos en la mitad del camino. Es un director extraordinario al que le gustan los actores y la interpretación. No les odia secretamente ni les tiene envidia como muchos otros. Muchos directores no tienen ni idea de lo que es interpretar y, lo peor, no les importa. Les decís cómo mejorar algo y te echan a patadas de su trailer diciéndote que los dejes trabajar en paz”, confesó acerca de su relación con el director.

Otra vez su nombre está en el medio de las emociones fuertes. El próximo 25 de diciembre se estrenará en Dinamarca “Nymphomaniac”, el polémico filme del director danés Lars Von Trier, donde la actriz interpreta a una ninfómana.

“¿Emociones fuertes? A nadie le gustan, es que algunos simplemente no podemos evitarlas. Creo que cada uno tenemos la emoción que merecemos en la vida”, declaró sin dudarlo. Su papel en la película es en una sola escena, que dura 25 minutos. Compone a una madre abandonada por su marido para irse con una joven ninfómana, y según reveló la actriz, no tuvo dudas al aceptar la propuesta que incluye escenas de sexo real.

Tanto su presente laboral como su vida afectiva transitan por carriles felices. El año pasado tuvo su tercer hijo, una nena que nació fruto del amor con el multimillonario Arpad Busson, de 50 años. Los otros dos son Maya, de 15 años, y Levon, de 12, de su matrimonio con el también actor Ethan Hawke, con quien estuvo casada desde 1998 hasta 2004.

Chica de calendario. Esta vez, en su 15 edición la temática del famoso calendario Campari, bautizado como “Celebraciones mundiales”, se teje sobre 12 festivales increíbles y emocionantes alrededor del mundo. Así, Uma aparece envuelta en un kimono para ilustrar el Hanami -fiesta japonesa que celebra la floración de los cerezos en abril-, decorando calaveras con motivo del festival de Aguascalientes (México) en octubre o tumbada junto a una piscina en honor al espiritual fin de año brasileño. “Una de mis aspiraciones en la vida es recorrer el mundo, y cada lugar tiene una energía particular”, señaló la actriz, nacida en Boston, durante la rueda de prensa. En una increíble producción y bajo el lente del fotógrafo de origen sudafricano Koto Bolofo, la actriz recorre las distintas celebraciones, pasando por la Feria de Abril sevillana, el Solsticio de Verano en Stonehenge, en Inglaterra, el Festival de Música de Zanzíbar, el de Tango en Argentina, las regatas venecianas, el Carnaval de Nueva Orleans, las carreras de caballos en Melbourne o los fuegos artificiales sobre el Rin en Alemania son algunas de las otras ambientaciones. “Cada imagen refleja un momento y una cultura diferentes”, asegura Thurman.

Este periplo alrededor del planeta que emprende Uma, lo hace vestida con diseñadores como Versace, un increíble vestido para noviembre y otro para marzo, de Stella McCartney, Chopard, Vicky Martín Berrocal, Pucci y Alberta Ferrero, entre otros.

“La moda es una pasión y un privilegio, pero también la expresión de una cultura”, definió la rubia. Si de pasiones y emociones se trata, tal vez Uma resuma lo que la llevo a donde está hoy con pocas pero consistentes palabras: “Cada uno tiene la emoción que merece en la vida”. Está todo dicho.

Fuente: Todoshow – Infonews

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