El dinero escasea y los reclamos sobran. La CGT pide un bono de fin de año no menor a $2.000 además de dejar fuera de Ganancias el medio aguinaldo de diciembre. Pero el Gobierno hizo números y ninguno cierra, al punto que les sería más conveniente pagar los costos de un paro, en cuyo caso también, la CGT arriesgaría, de no resultar exitoso, el terreno para que el Gobierno avance con más ajustes y menos negociación. Lo dijo el ministro Prat-Gay ayer, que beneficiarán a los sectores más vulnerables en un plan, con topes, porque no hay más fondos y tampoco pueden complicar a las provincias en momentos en que las elecciones legislativas toman protagonistas y en el que será clave abastecer las arcas provinciales.
Por Urgente24
¿Cómo dejar contenta a la CGT sin morir en el intento? Esto, es, que no represente un costo fiscal demasiado elevado.
Ya hay algunas medidas en estudio que implicarían al Estado nacional y provinciales una erogación cercana a los $10.000 millones.
Uno de los reclamos del sindicalismo, planteado en la reunión con varios ministros la semana pasada, fue la exención del Impuesto a las Ganancias sobre el medio aguinaldo que se cobrará en diciembre.
Para ellos, según informa esta mañana el diario ‘El Cronista’, el equipo económico tendría definido realizar un corte, es decir, sólo otorgar la mejora a los trabajadores que pagan el impuesto pero que integran la lista de los que menos ganan.
«Hoy existe 1,5 millón de empleados en relación de dependencia que tributan el impuesto, de los cuales el 20% paga el 50% y el 80% restante, el otro 50%. La intención oficial es ayudar a ese 80%; y lo haría estableciendo un corte de $45.000 brutos que implicaría que para los que cobren hasta ese monto no paguen Ganancias sobre el medio aguinaldo de diciembre. Según los cálculos, esta medida tendría un costo fiscal de $3000 millones, gran parte de la cual debería ser afrontada por las provincias», detalla el matutino.
Otra de las medidas que iría en línea con las declaraciones de ayer del ministro Alfonso Prat-Gay sobre favorecer a los sectores más vulnerables, sería priorizar un bono por única vez para jubilados y beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH).
Con ello beneficiaría a casi 8 millones de personas con una suma que rondaría los $500, y que por tanto, tendría un costo fiscal de unos $.4000 millones.
La otra medida, según detalla el matutino mencionado, sería un plus de fin de año a los empleados públicos, que podría rondar los $1.000.
Pero aquí hay un gran problema: los gobernadores e intendentes advierten que si se otorga esta ayuda, acto seguido les llegará el reclamo de sus trabajadores estatales. Y los números provinciales están en rojo, con una proyección de déficit fiscal consolidado de $ 100.000 millones.
No es la intención del Gobierno complicarlos, por lo que esta medida estará sujeta a negociaciones con los gobernadores. Sucede que a diferencia de Nación, donde los estatales serían unos 200.000, los provinciales alcanzan los 2,5 millones, por lo que un bono de 1.000 pesos les costaría a las jurisdicciones $2.500 millones, y muchos ya advierten que no están en condiciones de pagar esa suma fija.
Claro que el debate entre Nación y provincias no se limita solo al financiamiento del plus salarial que piden los gremios. Allí también, la discusión central radica en el reparto de fondos y obra pública previsto en el proyecto de Presupuesto para 2017, un año en las elecciones legislativas serán protagonistas y en el que será clave abastecer las arcas provinciales. Y para ello, el Gobierno prevé jugar una carta importante: incrementar un 30% las transferencias a las provincias, frente a una inflación estimada en 17%, y distribuir los proyectos de infraestructura según la densidad poblacional.
Así lo comunicará esta tarde, a las 16, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, cuando se presente ante la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara Baja para defender el proyecto oficial. La iniciativa dispone elevar el monto destinado a las provincias por transferencias de Coparticipación Federal y leyes especiales desde los $564.311 millones previstos para este año hasta los $731.084 millones.
En la Casa Rosada, consideran que esa cifra supera inclusive la coparticipación del denominado Impuesto al Cheque que reclaman desde las filas del peronismo, camino por el cual consideran que se debe avanzar «pero de manera progresiva».
En fin, volviendo al tema del bono de fin de año, y en cuanto a los trabajadores del sector privado, el Gobierno se comprometió a consultarlos acerca de sus posibilidades de que otorguen una suma fija, pero hasta ahora no hubo convocatoria.
Según ‘Ambito Financiero’, el presupuesto para los beneficiados el bono de fin de año y la baja de ganancias para el aguinaldo será de $5.000 millones, y no más que eso.
«Si tuviera un costo mayor nos sale más barato pagar el costo de un paro general», reproduce el diario de una fuente oficial.
Carlos Burgueño habla del ‘Plan Navidad’ que se ofrecerá a la CGT, con «topes innegociables» para evitar un paro general entre octubre y noviembre.
Un bono para jubilados y empleados públicos de no más de $750/800 antes de las fiestas, en el caso de la aplicación de Ganancias sobre el medio aguinaldo de fin de año, el tope estaría ubicado entre los 45.000 y 50.000 pesos brutos mensuales de modo que sólo sea un beneficio para los sectores más bajos de la cadena tributaria para la cuarta categoría. El resto, se supone en el Gobierno, tienen los ingresos lo suficientemente altos como para no reclamar en años de vacas fiscales flacas.
«El tope que se autoimpuso el gabinete económico para todos los beneficios es de $5.000 millones; dinero que se obtendrá de los ingresos provenientes del bono en pesos a cinco años al 18% anual que colocó el Tesoro la semana pasada. En total se consiguieron por esa operación unos $50.000 millones, que el Gobierno de Mauricio Macri quiere utilizar en 2017, año electoral y de acciones concretas para poder ganar la mayoría legislativa. Para este año lo único que habrá que esperar es cerrar de la mejor manera fiscal posible. ¿Cuánto costaría hacerle caso al reclamo de la CGT sobre la necesidad de pagar un bono de fin de año de no menos de 2.000 pesos y subir el piso del beneficio de los aguinaldos para los salarios de más de 60.000 pesos? Calcula el Gobierno que no menos de 10.000 millones de pesos, una cifra utópica para las debilitadísimas arcas del fisco de fin de año. ¿Qué pasaría si la CGT no acepta la oferta definitiva de los topes de 800 pesos del bono para jubilados y estatales y de los 45.000 pesos de salarios en relación de dependencia? Se sabe que la amenaza concreta del sindicalismo argentino actual es un paro general conjunto entre la CGT y la CTA.
El gabinete económico se mantiene incólume ante la amenaza: el costo político de un paro sería mucho menor al costo fiscal de un gasto extra de más de 10.000 millones para este año». Por ello, según el matutino, el número estaría plantado en no más de $5.000 millones de gastos para el ‘Plan Navidad’.
Y conseguir el dinero, no es nada fácil. Por otro lado, refleja el matutino que la recaudación tributaria de septiembre ascendió a $168.317 millones, con un aumento del 30% en términos interanuales, debido al gran aporte realizado por el IVA, el impuesto al cheque, y los aportes a la Seguridad Social, pero que aún se mantiene debajo de la inflación.
Ayer Alberto Abad, titular de la AFIP, se abstuvo de hablar sobre una eventual eliminación del impuesto a las ganancias para el medio aguinaldo de diciembre, y se limitó sólo a remarcar que el año pasado, cuando se aplicó a quienes ganaban menos de $30.000 mensuales «implicó una resignación de recursos de unos $900 millones».
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