Legislatura Hoy

Leyes y políticas

Charly, el mejor regalo para el cumple de Pedro

Era la una de la madrugada, ya del domingo, cuando Pedro Aznar, dos horas y media después de haber comenzado su fantástico show en el Coliseo, decía: “No sé cómo voy a hacer para dormirme. Necesitaré varios Alplax”.

Segurmente le habrá costado conciliar el sueño a Pedro luego de tamaña velada. “Siempre quise celebrar mi cumpleaños tocando, era una asignatura pendiente”. El teatro repleto y de pie despedía al cantautor, que festejó 52 años con su enorme espectáculo “A solas con el mundo”. Lo de a solas es una verdad a medias, porque si bien Aznar cargó casi todo el show sin nadie alrededor y se dio el lujo de soplar las velitas acompañado de amigos, “de esos pocos que están siempre y de los que uno se enorgullece por tenerlos”, subrayó.

El ex Seru repasó su último álbum de covers con temas de locura como “Amor de juventud”, el precioso “Amelia”, la tonificante “Si llega a ser tucumana”, la sofisticada “Vos sos mi amor” o “Calling you”, esa pinturita del film “Bagdad Café”. Es decir, exigentísimas pruebas con las que Aznar ratificó ser uno de los cantantes, arriba de los cincuenta, con mejor voz: en esa hipotética pole-position están, seguramente, el Flaco Spinetta, Baglietto y Jairo.

Puntilloso, preciso, exacto, Pedro suena con la perfección del disco. Inmaculado, no pifia jamás, y eso que arriesga la envidiable voz tocando guitarra eléctrica, criolla, bajo, contrabajo eléctrico, caja y piano. Un animal en el sentido más poético, claro está.

Desfilaron por el escenario sus entrañables Roxana Amed, Lito Vitale -quien desde los teclados propició un “feliz cumple” entonado por la multitud- y la sorpresiva visita de un forastero en estas lides,por género y horario: Piñón Fijo cantó “Nene deja el chupete”, luego de un irrisorio ‘acting’ en torno al hit “Chu chu uá…” que, hay que decirlo, fue muy aclamado.

Pasadas las 0.30 Aznar, guitarra en mano, arrancó con la conmovedora “Confesiones de invierno”… Y casi como una interferencia, una voz rasposa surgía desde camarines. “…Dios es empleado en un mostrador/Da para recibir/¿Quién me dará un crédito, mi Señor?/Sólo sé sonreír”. Entró Charly García y la bienvenida fue ensordecedora. Y la sorpresa, aún mayor: es que días atrás, había circulado que suspendió un show en Bolivia por problemas de salud. Sin embargo, al gran García se lo vio fantástico, divertido, irónico y con ese carisma inigualable.Paradójicamente, al perfecto show de Aznar le vino ideal la necesaria “suciedad” que volcó Charly para que el recital se siguiera en puntas de pie. Luego sonó “Tu amor”, con un Charly al piano, hasta que la emoción ganó terreno con esa mirada de Pedro al ídolo y luego un abrazo de corazón.

Fuente: La Razón

Debes estar conectado para publicar un comentario.